SIN REPETICIONES TRIVIALES

SIN REPETICIONES TRIVIALES

La oración es el medio de comunicación del hombre con alguna deidad existente en el mundo. Por lo general este medio de comunicación es utilizada por la mayoría de sectas, movimientos religiosos y religiones establecidas para tratar de comunicarse con sus dioses. Algunas personas al tratar de comunicarse con sus dioses, realizan extensas oraciones con palabras repetidas, pensando que por la largura de sus oraciones, sus peticiones serán escuchadas y respondidas favorablemente. Este error frecuente también es cometido por algunos hijos del único Dios verdadero, por eso para que no sigan en el mismo error, Jesucristo en una de sus enseñanzas hizo esta advertencia: “Cuando ores, no parlotees de manera interminable como hacen los seguidores de otras religiones. Piensan que sus oraciones recibirán respuesta sólo por repetir las mismas palabras una y otra vez.” Mateo 6:7. NTV.

Dentro del cristianismo, algunos creyentes al momento de comunicarse con Dios por medio de la oración, se extienden demasiado utilizando las mismas palabras una y otra vez, como si sus oraciones a Dios fueran unos encantamientos. El Señor no está en contra de las oraciones largas, ya que en las Sagradas Escrituras se puede encontrar muchos siervos de Dios que en sus oraciones se extendieron como David, Nehemías, además algunas oraciones de los Salmos son extensas. Jesús tampoco está en contra de que se acerquen a Dios con la misma petición; ya que Él mismo anima a sus seguidores a que eleven oraciones persistentes.

Lo que el Señor condena son las oraciones largas con repeticiones triviales, porque estas insultan el conocimiento y el amor de Dios. También condena esta clase de oraciones, porque esta práctica de algunos creyentes es algo similar a la práctica que tenían los paganos en el periodo del Antiguo Testamento. Ya que estos pueblos invocaban el nombre de su dios Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Es decir, toda la mañana repetían las mismas palabras, creyendo que por la mucha repetición de lo que decían, su dios los escucharía y daría respuesta a sus peticiones.

Al momento de orar a Dios, no caigamos en alguno de los errores que nuestro Señor condena, ya que si lo hacemos, nuestras oraciones serán en vano, pues jamás recibiremos la respuesta de nuestro amoroso Padre Celestial. Si nuestro clamor a Dios va a ser extenso y por algo que hemos estado anhelando, cuidemos de que nuestras palabras no sean repeticiones triviales, sino palabras que realmente nazcan en la profundidad de nuestro corazón, ya que las oraciones sinceras le agradan a Dios, y a su debido tiempo nos dará la respuesta que tanto anhelamos.