NUESTRO REFUGIO

NUESTRO REFUGIO.

Es difícil permanecer en silencio en la presencia del Señor cuando las tribulaciones empiezan a agobiarnos. En esos momentos difíciles, vienen a nuestros pensamientos el deseo de reprochar a Dios por la situación que nos toca vivir. En ocasiones, no solo lo pensamos, sino que terminamos por reprochar al Señor, ya que con facilidad nos olvidamos de todo lo que Él ha hecho en el pasado en nuestro favor. Si no fuéramos olvidadizos, permaneceríamos en silencio esperando a que el Señor pronto se haga cargo de nuestras tribulaciones y nos devuelva la paz como en otras ocasiones. El Señor es nuestro refugio, nuestra roca de salvación, nuestra fortaleza donde podremos encontrar paz para nuestra alma, y Quien nos da la victoria sobre todas nuestras aflicciones. Con esta seguridad, la próxima vez que vengan tormentas a nuestra vida, ya no nos angustiemos, más bien permanezcamos en silencio, esperando que Dios actúe en nuestro favor. Salmos 62:5-8.