EN DIOS ESTA NUESTRO ESCAPE

EN DIOS ESTA NUESTRO ESCAPE

Las adversidades que nos sobrevienen, muchas veces son como una gran pared o un precipicio profundo que nos permite seguir adelante. En esos momentos nos sentimos acorralados y sin ninguna escapatoria. Tras años de esclavitud en Egipto, el pueblo hebreo había sido dejado en libertad por las exigencias del Señor de los Ejércitos Celestiales, pero pasado algunos días, el faraón egipcio se arrepintió de haber dejado en libertad al pueblo hebreo, así que los persiguió con todo su ejército. El faraón y su ejército, rápidamente alcanzaron al pueblo hebreo en las orillas del mar rojo. El pueblo hebreo al estar entre el ejército egipcio y el mar rojo, posiblemente sintió que no había escapatoria y que su deseo de libertad había llegado a su fin. En ese momento de terror, la gloria y el poder del Señor se manifestó por medio de Moisés: “Luego Moisés extendió la mano sobre el mar y el SEÑOR abrió un camino a través de las aguas mediante un fuerte viento oriental. El viento sopló durante toda la noche y transformó el lecho del mar en tierra seca. Entonces el pueblo de Israel cruzó por en medio del mar, caminando sobre tierra seca, con muros de agua a cada lado.” Éxodo 14:21-22 NTV.

Cuando para nosotros parece que todo terminó, la gloria y el poder del Señor se manifiesta para darnos salida a nuestros problemas y aflicciones, porque para el Señor no hay nada imposible. Las tribulaciones que nosotros podamos estar atravesando son simples y fáciles de resolver para Él. El Señor de los Ejércitos Celestiales, puede derribar cualquier obstáculo de la vida de sus siervos, tal como lo hizo en favor del pueblo hebreo en el pasado. Cuando su pueblo se sintió perdido y sin escapatoria, el Señor actuó con su gran poder y majestad. Con un recio viento oriental, hizo que el mar rojo se dividiera y se abriera un sendero en seco para que su pueblo pueda cruzar al otro lado del mar, y así puedan escaparse de las manos del faraón egipcio. De esta manera el Señor salvo a su pueblo para que siga adelante a tomar posesión de la tierra prometida.

Las adversidades que podamos estar atravesando en este momento, podrán parecernos que son gigantescas paredes o precipicios profundos y sin escapatoria, pero si ponemos todas nuestras adversidades en las manos del Señor, esos muros o precipicios desaparecerán. Nuestro Señor tiene el poder para liberarnos de toda situación adversa, sin importar cuan graves puedan ser estas. Así que; confiemos plenamente en el Señor, y acudamos con toda confianza ante Él, cuando las adversidades lleguen a nuestra vida. El Señor nos devolverá la paz y la alegría para que podamos seguir adelante con nuestras vidas.