VALLES TENEBROSOS

VALLES TENEBROSOS

Transitar por los callejones oscuros y silenciosos a todos nos causa miedo y más aún si tenemos que transitar sólos por esos rincones tenebrosos a altas horas de la noche. Nos causa miedo porque en la oscuridad se esconde el peligro y siempre está al acecho de quienes transitan por esos lugares para atraparlos y lastimarlos. David con la experiencia de haber transitado una y otra vez por valles oscuros y tenebrosos escribe. “Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.” Salmos 23:4 NTV.

David en su juventud, antes de ser coronado como monarca de la nación hebrea, había quedado a cargo del cuidado del rebaño de su padre. Todas las mañanas, él con el rebaño, cruzaba los valles más oscuros y peligrosos, para llegar a los lugares donde se encontraban los mejores pastos y riachuelos apropiados para alimentar al rebaño. Al momento de cruzar los valles tenebrosos, nunca había sentido miedo porque confiaba en la protección de Dios. El joven pastor tenía la certeza que, en todo el trayecto de su viaje, su Señor caminaba junto a él, guardándolo de todo peligro y amenaza, protegiéndolo con su vara y su cayado.

Cuando caminemos por los callejones oscuros y tenebrosos, no tenemos que tener miedo, porque nuestro Señor camina a nuestro lado, Él nos protege de todo peligro y de toda maldad. Nuestro valle oscuro y tenebroso, no siempre serán los callejones oscuros por donde tendremos que transitar, nuestro valle oscuro, muchas veces serán las pruebas y tentaciones que tendremos que enfrentar día tras día en nuestro caminar con Cristo. En esa hora más oscura y tenebrosa de pruebas, no hay por qué temer, porque el Señor estará ahí mismo a nuestro lado con su vara y su cayado, confortándonos y dándonos la fortaleza necesaria para que podamos enfrentar las pruebas y vencerlas.