EL PODER OTORGADO POR DIOS
EL PODER OTORGADO POR DIOS.
ISAÍAS 21:1 Este es el mensaje que recibí acerca de Babilonia, el desierto junto al mar: Desde el desierto se acerca el desastre y te caerá encima, como un remolino que entra arrasando desde el Neguev. 2 Veo una visión aterradora: veo al traidor traicionando, al destructor destruyendo. Adelante, ustedes, elamitas y medos: ataquen y asedien. Yo pondré fin a todos los gemidos que provocó Babilonia. NTV.
Comúnmente, cuando el hombre adquiere poder y autoridad, utiliza todo ese poder para someter a los demás. No le importa si al hacerlo provoca daños o desastres, solo le importa que todos estén bajo sus pies, sometidos a su santa voluntad. ¡En el pasado, cuando los reinos del norte y del sur, se rebelaron contra su Creador! Dios eligió al imperio babilónico para dar un escarmiento a esos dos reinos rebeldes. Con ese poder otorgado por el Señor, los babilonios utilizaron al extremo ese poder y desolaron a los reinos de Israel y Judá, pero no se conformaron en atacar solo esos dos reinos, sino que también en su ambición de conquistar el mundo antiguo, atacaron a todos los reinos que estaban a su paso, provocando una gran conmoción.
Bajo el rey Nabucodonosor, Babilonia había ascendido al poder y había dominado esa parte del mundo. Sus hombres habían destruido Jerusalén en el año 587 a.C. y habían llevado al pueblo de Dios al cautiverio. La Ciudad Santa fue quemada y el Templo fue saqueado, todos los utensilios ceremoniales, al igual que las copas de oro, fueron llevados a Babilonia, mientras que la población fue deportada o asesinada. Babilonia le infligió grandes sufrimientos al pueblo de Dios e hizo que gimiera en gran manera junto con las otras naciones conquistadas por ella. Reinos enteros quedaron en ruinas, ciudades desaparecieron y los pocos habitantes que lograron escapar de esa masacre, lloraban amargamente la caída de sus ciudades. Babilonia se había convertido en el imperio dominante.
Ante el lamento y llanto amargo de los fieles hebreos que habían logrado escapar de la masacre, el eterno Creador le mostró una visión al profeta Isaías acerca del futuro que le esperaba al imperio babilónico. El Señor derramaría su juicio contra Babilonia por haber utilizado el poder otorgado de manera desmesurada, contra su pueblo escogido. Dios como escarmiento, iba a enviar un invasor para llevar juicio sobre Babilonia. El profeta describió que este juicio divino sería como una tormenta procedente del sur. Los residentes de Jerusalén en la época del profeta comprendían lo que esa tempestad podría significar. Esas tempestades provendrían del sur del desierto con una fuerza devastadora; como un remolino que entraría arrasando desde el Neguev, incluso en los tiempos modernos esos vendavales pueden ser muy destructivos.
El juicio que caería sobre la gran ciudad, sería igual o mucho peor que el desastre que ocasionaron los babilonios a los reinos de Judá, Israel, y otros reinos que atacaron para conquistarlos. El profeta vio los desastres terribles que caerían en Babilonia, desastres que conmocionaron las entrañas del mismo. Isaías vio al traidor traicionando, al destructor destruyendo. Además, escuchó una gran voz que alentaba a los elamitas y medos, a que atacaran y asediaran a la gran ciudad de Babilonia. Al mismo tiempo, el profeta escuchó que la voz exclamaba que pondría fin a los gemidos que provocó babilonia con sus ataques a todos los reinos. Dios había usado a Babilonia para castigar a sus hijos, pero ahora ella sería castigada por haberse excedido en sus ataques a su pueblo amado.
Queridos hermanos. Para muchas personas, es muy atractivo tener poderes sobrenaturales para utilizarlos para el bienestar de su prójimo, pero una vez que tienen ese poder, se olvidan de utilizarlos para el bienestar de los demás y lo utilizan para sus propios beneficios. Babilonia fue elegido por el Señor para derramar su castigo sobre Israel y Judá, pero el imperio babilónico excedió en su reprenda contra esos reinos y no solo eso, sino que arrasó a otros reinos, utilizando inadecuadamente el poder recibido para cumplir sus propios deseos de conquistar el mundo, razón por la cual el Señor utilizaría a los medos y persas para arrasarlo completamente. Hermanos. Cualquier designación de autoridad que recibamos de parte del Señor, no lo debemos utilizar para nuestros propios beneficios, debemos utilizarlo adecuadamente para cumplir la voluntad del Señor, pues si lo utilizamos inadecuadamente, seremos juzgados por el Señor al igual que fue juzgado el imperio babilónico.
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