SEAMOS VERDADEROS CRISTIANOS

SEAMOS VERDADEROS CRISTIANOS.

Al participar activamente de las diferentes actividades que realizan nuestras iglesias y ser parte de algunos de sus ministerios, erróneamente gran número de seguidores de Cristo solemos pensar que somos realmente verdaderos cristianos. Pero ser un verdadero cristiano, no es solo asistir y participar de todas las actividades que realiza la iglesia, ni tampoco servir en cada uno de los ministerios, o leer diariamente las Sagradas Escrituras, ser un verdadero cristiano va más allá. Pues, es aquel que tiene la sabiduría que proviene del Altísimo, tal como lo afirma el apóstol Santiago en su epístola: “En cambio, los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo; al contrario, buscan la paz, son obedientes y amables con los demás, se compadecen de los que sufren, y siempre hacen lo bueno; tratan a todos de la misma manera, y son verdaderos cristianos.” Santiago 3:17 TLA.

El hombre puede tener la sabiduría mundana, la que proviene del maligno, o la sabiduría que proviene de Dios, la cual debe procurar todo aquel que dice ser un verdadero seguidor de Cristo. El cristiano que tiene la sabiduría de Dios, no hace nada indebido en contra de su prójimo, más bien, busca llevar una relación pacífica y armónica con ellos, sin sacrificar la pureza de su corazón. Es obediente a los mandatos de Dios. Es condescendiente y respetuoso para con los sentimientos de los demás, por eso no adopta un falso aire de superioridad, sino que hace que los demás se sientan cómodos con él, estimándoles superiores a sí mismo. Su conducta no es como la del mundo que le rodea, es de fuera de este mundo porque se compadecen de los que sufren necesidades o aflicciones, y no solo eso, siempre están dispuestos a extenderles la mano en lo posible. Llevan una vida pura, moral y espiritualmente, su mente está apartada de todos los deseos perversos que no agradan a Dios. Es amable, dulce y razonable, está dispuesta a someterse a toda clase de insultos, maltrato y falsas acusaciones con una actitud de humildad amable y tranquila, sin pensamiento alguno de odio o venganza, más bien está siempre dispuesto a perdonar a quien le haya hecho daño. No sólo eso, sino que como práctica habitual se muestra bondadoso para con los demás, especialmente con las personas que no lo merecen. Es coherente e invariable, mantiene sus compromisos y su convicción, no hace distinciones injustificadas, por eso trata a todos de la misma manera sin ninguna clase de distinción o favoritismos.

Las características de los cristianos que tienen la sabiduría que proviene de Dios son amplias, y todo aquel que dice ser un verdadero seguidor de Cristo, debe procurar estas características y ponerlas en práctica. La sabiduría de Dios, lleva al cristiano a la madurez espiritual, la cual es la base para su adecuada relación con las personas que se encuentran a su alrededor. Ser un verdadero cristiano, no es solo participar de las actividades de la iglesia y de los ministerios, sino también reflejar la sabiduría de Dios en su relación con las personas. Si todavía no hemos estado reflejando las características o cualidades de la sabiduría que viene de Dios, oremos al Señor, para que su sabiduría sea parte de nuestras vidas y podamos reflejarlas diariamente en nuestra relación con todos los que nos rodean.