PENSEMOS BIEN ANTES DE ACTUAR

PENSEMOS BIEN ANTES DE ACTUAR

Ser corregido o disciplinado, sin duda a nadie le gusta, pero es importante que sea aplicada la corrección para enderezar el comportamiento inadecuado de las personas. Gracias a la oportuna corrección, las personas pueden enrumbar nuevamente sus vidas de la mejor manera, dejando atrás toda situación inadecuada como el vicio, la delincuencia y la inmoralidad. Toda disciplina , aunque cause dolor y sufrimiento, es para mejorar los valores éticos y morales de las personas ante la sociedad. Al igual que somos corregidos en nuestra vida terrenal, también somos corregidos en nuestra vida espiritual cuando nuestra conducta y comportamiento no están de acuerdo a los lineamientos de la Palabra de Dios: “El Señor se fija en nuestra conducta. Él nos corrige para que aprendamos, y para que así no tengamos que ser castigados junto con la gente de este mundo que no cree en él. Si pensamos bien lo que hacemos, no seremos castigados.” 1 Corintios 11:31-32 TLA.

Los padres terrenales desean lo mejor para sus hijos, por eso cuando tienen un comportamiento inadecuado, los corrigen para que no prosigan en ese comportamiento, pues si no los corrigen oportunamente, corren el peligro de que sus hijos se pierdan para siempre. De la misma forma que un padre terrenal, Dios no quiere que ninguno de sus hijos se pierdan y vayan a la condenación eterna conjuntamente con los inconversos que no aceptaron el sacrificio de su amado Hijo. Por eso, Dios nunca aparta su mirada de cada uno de sus hijos, ve fijamente su conducta para corregirlos oportunamente y así vuelvan a conducirse con rectitud de acuerdo a Su Palabra. Si los creyentes pensaran bien antes de hacer las cosas que no le agradan a su Padre Celestial, no tendrían que pasar por una corrección dolorosa, ni tampoco por un castigo. Más bien, llevarían una vida tranquila, pacífica y armoniosa bajo Su cuidado, y Su protección.

Dios nos trata como a sus propios hijos. Nos ama demasiado para dejar que persistamos en pecado y vayamos a la condenación eterna al igual que los inconversos. Por eso, en el momento que empezamos a apartarnos del camino de la salvación y la vida eterna, nos envía un correctivo para que volvamos nuevamente al camino trazado por su Hijo. Si no queremos recibir la corrección de nuestro Padre Celestial, pensemos bien en todo lo que vayamos a hacer. Tratemos de llevar una vida en conformidad a Su palabra, apartándonos de todo lo que a Él no le agrada. Llevemos una vida que le honre y le glorifique, siendo testimonios ante la sociedad inconversa.