EL AMOR DE DIOS PERDURA PARA SIEMPRE

EL AMOR DE DIOS PERDURA PARA SIEMPRE.

SALMOS 1361 ¡Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. 2 Den gracias al Dios de dioses. Su fiel amor perdura para siempre. 3 Den gracias al Señor de señores. Su fiel amor perdura para siempre. 4 Den gracias al único que puede hacer milagros poderosos. Su fiel amor perdura para siempre. 26 Den gracias al Dios del cielo. NTV.

Casi todas las parejas en su etapa de enamoramiento, piensan que han encontrado el amor eterno junto a su pareja, un amor que les durará para siempre. Pero cuando pasan los años de su relación, el amor poco a poco va desapareciendo en algunas parejas. El amor ya no llega a ser igual al amor que se prometían en la etapa de inicio de la relación. El amor entre las personas es frágil, y en cualquier momento puede llegar a desaparecer por diferentes factores de la relación. En contraste al amor del hombre, el amor de Dios por la humanidad no desaparece por más que pasen miles y miles de años, el amor de Dios por sus criaturas permanece tal cual para siempre.

Desde el momento que se estableció la nación hebrea, sus habitantes disfrutaron del amor incondicional del eterno Creador. Dios, se había manifestado de diferentes maneras para mostrarles el profundo amor que les tenía. ¡El salmista al palpar en su ser ese maravilloso amor del Señor por él, y por todo el pueblo! alentó a todos sus compatriotas a que dieran gracias al Señor, por su bondad intrínseca y su amor incondicional. La bondad de Dios por su pueblo no había tenido límites, lo había demostrado constantemente al perdonar sus rebeliones. Israel una y otra vez se rebeló contra su Creador y lo ofendió en gran manera, pero pese a eso, no recibió el castigo merecido por cada una de sus ofensas, en su lugar recibió el perdón e innumerables bendiciones. Dios con sus actos de bondad mostró a Israel que su amor por él permanecía para siempre.

El salmista también alentó a su pueblo para que diera gracias al Señor porque Él era el Dios de los dioses. El Señor de los señores. Y que Él era el único que podía hacer grandes y maravillosos milagros en favor de su pueblo. En los tiempos del pueblo hebreo, las naciones paganas rendían adoración a dioses hechos por manos humanas y les atribuían el poder de hacer milagros, además los reyes eran venerados como si fuesen dioses. El salmista a través de estas palabras afirmó a su pueblo que Yahvé, el Señor que guarda el pacto hecho con los patriarcas de la nación; es el Dios de dioses: supremo sobre todos los gobernadores fuertes en el universo. Él es Señor de señores: soberano sobre todos los que están en lugares de preeminencia, sean ángeles o seres humanos. Pero que Él, no solamente es grande, también es bueno: bueno como Creador, Redentor, Guía, Vencedor y Proveedor para Su pueblo.

El salmista al mencionar que Yahvé es Dios de dioses, no estaba afirmando la existencia de otras divinidades; sino que recalcó la supremacía de Dios sobre todo lo que los seres humanos podrían adorar. Dios es supremo sobre todo lo existente en este mundo, sean principados o autoridades humanas e incluso sobre todas las huestes espirituales de maldad que gobiernan este mundo. Él es el único que puede realizar grandes y maravillosos milagros en favor de la humanidad, porque Su amor por los suyos perdura para siempre. Por eso, Él es digno de recibir la gloria y la alabanza por toda la eternidad.

Queridos hermanos, Yahvé es Dios de dioses y Señor de señores. Él es soberano sobre todo lo existente en este mundo, porque Él es el Creador, Él único que puede hacer grandes y maravillosos milagros en favor de su pueblo, porque su bondad y su amor incondicional perduran para siempre. Hermanos, el amor incondicional de Dios incluye aspectos como la bondad, misericordia y fidelidad las cuales son eternas. Por eso, nunca tendremos que preocuparnos que Dios se quede sin amor hacia nosotros, debido a que su bondad amorosa fluye de una fuente que nunca se apaga. Por ese amor incondicional y eterno, debemos darle gracias al Dios de dioses y Señor de señores. Debemos honrar y glorificar Su santo nombre desde hoy y para siempre.