LOS HECHOS DE DIOS DEBEN REPLICARSE
SALMOS 78:4 No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos; a la próxima generación le contaremos de las gloriosas obras del SEÑOR, de su poder y de sus imponentes maravillas. 5 Pues emitió sus leyes a Jacob; entregó sus enseñanzas a Israel. Les ordenó a nuestros antepasados que se las enseñaran a sus hijos, 7 De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos. 8 Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios. NTV.
Gracias a la transmisión oral de los padres a los hijos, de generación a generación, acerca de los recuerdos de los hechos y sucesos que se llevaron a cabo en el pasado, es posible que en la actualidad se conozca y se estudie la rica historia de este mundo. De la misma forma que se transmitieron los sucesos seculares de la historia humana, es salmista gracias a la inspiración del eterno Creador, instruyó a sus compatriotas para que ellos transmitan a sus hijos, los sucesos importantes de la historia Teocrática de Dios sobre el pueblo hebreo de generación a generación.
El eterno Creador, después de liberar de la esclavitud a Israel, dio a su pueblo; leyes, estatutos, y decretos que debía cumplir, para ser merecedores a las dádivas y bendiciones que provenían de sus manos. Además, ordenó que sus leyes y los hechos poderosos en la historia de Israel se transmitiera de padres a hijos. El salmista, al reconocer este mandato Divino, instruyó a su pueblo para que obedecieran esta ordenanza dada por Dios y transmitieran a sus hijos; a la próxima generación, todos los hechos sin ocultar nada de las verdades del eterno Creador. El pueblo al transmitir sus enseñanzas a sus hijos, debían contarles detalladamente los mandamientos, las leyes, las grandes y maravillosas obras que Dios había hecho en favor del pueblo. Dios espera que cada generación comparta con la generación venidera las acciones maravillosas que Dios ha hecho en esa generación y en las generaciones pasadas.
Además, los padres debían contar a sus hijos, el castigo que el pueblo había recibido por su desobediencia y su rebeldía contra las leyes del eterno Creador. Dios no quería que las futuras generaciones fueran rebeldes como sus padres, sino que fueran diferentes a ellos. En el pasado, el pueblo hebreo había fallado en obedecer los mandatos de Dios y se rebelaron una y otra vez contra su Creador, los hebreos recibieron el castigo por sus rebeliones, pero Dios a pesar de todo eso, nunca les abandonó , sino que permaneció cerca de ellos para extenderles su perdón una vez que el pueblo mostrara arrepentimiento y lo clamaran de todo corazón. Solo el conocimiento del pasado, puede evitar que las nuevas generaciones no cometan los mismos errores.
El propósito de Dios al dar esta ordenanza a Israel fue que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no se olvidara de sus gloriosos milagros, sino que guardaran sus mandamientos y en esta forma fueran fieles en su relación con él, y así, las nuevas generaciones no cometerían los mismos errores que las generaciones que les precedieron. Esto muestra el propósito y la importancia de la educación cristiana en el hogar y en la iglesia cristiana a las nuevas generaciones. Ayudar a cada generación a obedecer a Dios y a depositar su esperanza en Él, Solo así, se podrá evitar que las nuevas generaciones repitan los mismos errores que sus antepasados.
Queridos hermanos, Dios no desea que las futuras generaciones cometan los mismos errores de sus padres, por eso ordenó a su pueblo que transmitieran el gobierno teocrático que había ejercido sobre Israel. La enseñanza de la historia de las maravillosas obras del eterno Creador a las nuevas generaciones, tiene como propósito imprimir en las mentes de los jóvenes, la importancia de confiar en el poder asombroso de Dios en momentos de adversidades, y a cumplir con fidelidad cada una de las enseñanzas para no ser merecedores de la ira Divina. Hermanos, así como nuestros padres nos pasaron un recuerdo de sucesos del pasado, nosotros tenemos la obligación de pasar a la generación siguiente un relato de los tratos del Señor con Su pueblo, hablando de Su amor, de Su misericordia, de Su gracia, y Su gobierno Teocrático en nuestras vidas.