AYUNO Y ORACIÓN

AYUNO Y ORACIÓN.

ESDRAS 8:21 … junto al canal de Ahava, di órdenes de que todos ayunáramos y nos humilláramos ante nuestro Dios. En oración le pedimos a Dios que nos diera un buen viaje y nos protegiera en el camino tanto a nosotros como a nuestros hijos y nuestros bienes. 23 Así que ayunamos y oramos intensamente para que nuestro Dios nos cuidara, y él oyó nuestra oración. 31 El 19 de abril, levantamos el campamento junto al canal de Ahava y nos dirigimos a Jerusalén. La bondadosa mano de nuestro Dios nos protegió y nos salvó de enemigos y bandidos a lo largo del camino. 32 Así que llegamos a salvo a Jerusalén, donde descansamos tres días. NTV.

La misión comandada por el sacerdote Esdras debía hacer un viaje de 1.448 km a pie para llegar a Jerusalén. La ruta que debía seguir el sacerdote y su compañía eran tan peligrosos en la antigüedad como lo son en la actualidad. Las rutas de Babilonia a Jerusalén; eran desérticas y estaban llenas de peligros, no solo debido a los ladrones y saqueadores que esperaban en varios puntos del camino, a las caravanas de los valientes viajeros para asaltarlos, sino también por las bestias salvajes que habitaban en esas tierras. Por la peligrosidad de esas rutas desérticas, los viajeros generalmente buscaban la protección de una escolta militar.

Esdras al tener la confianza y el apoyo del rey persa para la misión, hubiera sido propio que el sacerdote solicitara una escolta militar para su viaje a Jerusalén, pero no hizo, debido a que, en la presencia del monarca, el sacerdote había hablado de la suficiencia del cuidado del eterno Creador de su pueblo. Esdras ante el rey había mostrado su plena confianza en la protección del único Dios verdadero. Pero si solicitaba una escolta militar hubiera sido tanto como negar sus palabras y la certeza del cuidado del eterno Creador.

Ante los peligros eminentes que le esperaba en su misión, el sacerdote Esdras junto al canal de Ahava, dio órdenes a toda la compañía para que ayunaran y se humillaran ante la presencia del eterno Creador. Esdras antes de proseguir con su viaje, proclamó un ayuno y guió a la compañía en una ferviente oración para que Dios los protegiera en el peligroso viaje. Sin duda la fe del sacerdote fue grande, si se considera los muchos y constantes peligros de un viaje a través de las regiones beduinas. El sacerdote confió en el Dios que se deleita en salvar a los que se apoyan completa y únicamente en Él.

Esdras no fue defraudado. El Señor contestó su oración, pues a la misión, en la larga jornada de cuatro meses de viaje no les sobrevino peligro alguno, y llegó sano y salvo a Jerusalén. El Señor había cuidado y protegido la caravana de Esdras en todo el trayecto a Jerusalén. El viaje duró cuatro meses, desde comienzos de la primavera hasta mediados del verano. De Babilonia hasta Jerusalén en línea recta sólo hay 800 kilómetros, pero Esdras y su compañía recorrieron alrededor de 1,448 kilómetros por que ellos tomaron la ruta que rodea el desierto pasando por el norte.

Queridos hermanos, Esdras y el pueblo judío antes de proseguir con su viaje a Jerusalén, ayunaron y oraron para que Dios los protegiera, y les diera un buen viaje. La caravana se preparó espiritualmente y mostraron su total dependencia en Dios. Afirmaron de esa forma que el eterno Creador tenía el timón de todo y que ellos no eran lo suficientemente fuertes como para realizar el viaje por si solos. Dios fue fiel con su pueblo, y bajo la providencia de Dios llegaron sanos y salvos a Jerusalén. Hermanos, nuestros viajes ministeriales pueden no ser tan difíciles ni peligrosos en la actualidad como lo fue el de Esdras, pero debemos reconocer nuestra necesidad de pedir a Dios su guía y protección. Al igual que Esdras, debemos buscar una estrecha relación con nuestro Creador a través del ayuno y la oración para seguir adelante cumpliendo con efectividad nuestro llamado sin ninguna clase de complicaciones.