2 SAMUEL 17

DIOS SIEMPRE SOCORRE A SUS HIJOS.

22 Entonces David y los que estaban con él cruzaron el río Jordán durante la noche, y todos llegaron a la otra orilla antes del amanecer. 27 Cuando David llegó a Mahanaim, fue recibido calurosamente por Sobi, hijo de Nahas, que venía de Rabá de los amonitas… 28 Ellos trajeron camillas, ollas de cocina, recipientes para servir, trigo y cebada, harina y grano tostado, frijoles, lentejas, 29 miel, mantequilla, ovejas, cabras y queso para David y los que estaban con él porque dijeron: Todos ustedes deben estar muy hambrientos, cansados y con sed después de su largo caminar por el desierto. NTV.

Tan pronto como Husai salió de la presencia de Absalón, fue a los sacerdotes Sadoc y Abiatar para informarles acerca de los dos planes que tenía en mente el monarca para ir tras David y su ejército. El mensaje para que David y su ejército levantaran el campamento les llegó esa misma noche a través de Ahimaas y Jonatán. Una vez que David se enteró de los planes maléficos de su hijo, ordenó a toda su gente, levantar el campamento y movilizarse tan lejos como pudieran. David esa misma noche, cruzó el río Jordán para evitar el enfrentamiento en batalla con el ejército de Absalón.

En su huida, David llegó a Mahanaim, un lugar a lo largo del río Jaboc donde años atrás había acampado Jacob con su familia. En aquel lugar David estableció su campamento momentáneo. Mientras descansaban del largo viaje en aquel lugar, les llegó ayuda de donde menos lo esperaban. Tres hombres generosos habían llegado al campamento, algunos de ellos de naciones anteriormente enemigas de Israel, estos hombres fueron: Sobi, Maquir y Barzilai galaadita.

Sobi era hijo de Nahas, el rey difunto de los amonitas. Su hermano Hanún que tiempo atrás había rechazado la buena voluntad de David, cuando el monarca había enviado mensajeros para presentarle sus condolencias por el fallecimiento de rey amonita. Sobi, aunque no pertenecía a la descendencia hebrea, amaba al rey de Israel más que la mayor parte de los judíos, por eso había llegado donde acampaba el monarca, para brindarle su ayuda en los momentos difíciles que estaba atravesando. Otro de los hombres que había llegado al campamento fue Maquir, quien había cuidado a Mefi-boset por muchos años, hasta que David llevó a Mefi-boset a Jerusalén.

Estos hombres habían llevado ayuda a David, sin que este los hubiese solicitado, mostrando de esa forma su generosidad. Ellos habían llevado: camas, implementos domésticos de cocina como: ollas y recipientes para servir alimentos, también habían llevado alimentos como: cereales y frijoles, miel, quesos y ovejas. Y no dieron poco, sino que se sobrepasaron en bondad y generosidad.

Queridos hermanos, a pesar de que David había reinado con justicia, gran parte del pueblo hebreo se había puesto en su contra, apoyando la rebelión de Absalón. Pero en esos momentos difíciles, el eterno Creador no abandonó a David a su suerte, pues envió a tres hombres con abundantes provisiones para él y todos los que le acompañaban. Hermanos, es común ver que los amigos aparentes, desaparecen en los momentos que más se los necesitan, pero también es seguro que Dios, nunca abandonará a sus hijos, Él enviará a personas con las que no hayamos tratado, en nuestro socorro. Si en algún momento se le presenta la ocasión de brindar ayuda a un desconocido, hágalo, sea generoso con los que necesitan. Dios, quien por sí mismo da generosamente, se deleita en aquellos que son generosos. “El que sacie a otros, también él será saciado” Proverbios 11:25.