1 SAMUEL 11

COMPASIÓN Y PERDÓN.

12 … la gente clamó a Samuel: ¿Ahora, dónde están esos hombres que decían: “¿Por qué debe Saúl gobernarnos?” ¡Tráiganlos aquí y los mataremos! 13 Pero Saúl respondió: Nadie será ejecutado hoy, ¡porque este día el SEÑOR rescató a Israel! 14 Luego Samuel dijo a la gente: ¡Vengan, vamos todos a Gilgal para renovar el reino! 15 Así que todos fueron a Gilgal y en una ceremonia solemne delante del SEÑOR proclamaron rey a Saúl. Después ofrecieron ofrendas de paz al SEÑOR, y Saúl y todos los israelitas se llenaron de alegría. NTV.

El rencor y la venganza, son dos sentimientos que se encuentran albergados en el interior de las personas. Ante cualquier provocación, estos sentimientos son manifestados en contra de sus enemigos. Saúl cuando tuvo la posibilidad de deshacerse de sus retractores, no actuó como hubiese actuado la mayoría de las personas, más bien perdonó a sus retractores, y reconoció el poder del eterno Creador.

Cuando Saúl fue coronado como monarca del pueblo hebreo, una parte de los israelitas no estuvieron de acuerdo con esta designación, pues al ver a Saúl, no confiaron en su capacidad para liberarlos de la opresión por parte de sus enemigos. Habían pasado varios días de la coronación de Saúl. En esos días, el pueblo hebreo era muy susceptible a las invasiones de las tribus saqueadoras, tribus como las de los amonitas del este del río Jordán. Cuando una de las ciudades de Israel fue invadida por el ejército amonita, Saúl reunió un ejército y luchó en contra de los amonitas y liberó a Jabes Galaad.

La victoria sobre los amonitas, cerró la boca a sus más severos críticos; en adelante, ya nadie iba a cuestionar su capacidad de liderazgo. Algunos de sus más leales seguidores comenzaron a clamar por darles muerte a los que tomaron partido oponiéndose en el momento de la coronación; pero Saúl estaba consciente de que el eterno Creador le había dado la victoria, y sabía que no era justo comportarse vengativamente. Más bien, vio en esto la oportunidad de sanar heridas y promover en la nación los sentimientos de patriotismo y buena voluntad. Simultáneamente, tuvo el cuidado de no convertirse en el centro de la atención, ajustando sus palabras a la verdad: “porque este día el SEÑOR rescató a Israel”. No hay duda de que este día fue el momento cumbre de Saúl. Su preocupación por darle todo el crédito a Dios apuntaba a que la monarquía iba a tener un brillante futuro en Israel.

Tras estos acontecimientos, Samuel convocó a una asamblea nacional en la ciudad de Gilgal y en una ceremonia solemne delante del SEÑOR reafirmó el reinado de Saúl sobre todo el pueblo hebreo. Después ofrecieron ofrendas de paz al SEÑOR, y Saúl y todos los israelitas se llenaron de alegría. A la final, el pueblo hebreo había alcanzado lo que había deseado, había abrigado la esperanza de que un rey le iba a dar a su nación algo de la grandeza y de la gloria que habían admirado en los asuntos de las otras naciones.

Queridos hermanos, Saúl a pesar de tener el poder para deshacerse de sus retractores, no utilizó ese poder en contra de ellos, por lo contrario, el demostró misericordia y perdonó a sus retractores, reconociendo que en ese día el eterno Creador había desplegado su poder en favor del pueblo hebreo. Hermanos, por lo general a las personas nos cuesta tanto deshacernos de los sentimientos de venganza, pero Saúl pudo controlar esos sentimientos, pues el eterno Creador con anterioridad había cambiado su mente y corazón, Saúl se había convertido en un siervo del SEÑOR. Al igual que Saúl, nosotros debemos tratar de no dejarnos vencer por el rencor y la venganza, el SEÑOR también cambió nuestro corazón para que seamos misericordiosos y compasivos con nuestros semejantes. Debemos expresar el amor y el perdón de nuestro amado SEÑOR en nuestro diario caminar.