JUECES 17

ADORACIÓN ERRÓNEA.

7 Cierto día llegó a la región un joven levita que vivía en Belén de Judá. 9 ¿De dónde vienes? le preguntó Micaía. Él contestó: Soy un levita de Belén de Judá, y busco un lugar para vivir. 10 Quédate aquí, conmigo le dijo Micaía, y podrás ser un padre y sacerdote para mí. Te daré diez piezas de plata al año, además de una muda de ropa y comida. 11 El joven levita aceptó y pasó a ser como uno de los hijos de Micaía. 12 Luego Micaía lo nombró su sacerdote personal, y el levita vivió en la casa de Micaía. 13 Sé que el SEÑOR ahora me bendecirá dijo Micaía, porque tengo un levita como sacerdote personal. NIV.

Tras la muerte de Sansón, el pueblo hebreo durante mucho tiempo quedó sin un juez que rigiera la normal convivencia de la nación. Gracias a la ausencia de un líder nacional, todos los hebreos empezaron a vivir en conformidad a su voluntad, abandonando por completo cada una de las instrucciones dadas por Moisés. En ese entonces Israel había rechazado a su eterno Creador. Con relación a esa época del pueblo hebreo, en la actualidad no ha cambiado la naturaleza humana. La mayoría de las personas continúan rechazando el estilo de vida bueno que pide Dios. En este rechazo, cada persona vive en conformidad a su voluntad, como si no existiera un ser supremo que un día pedirá cuentas de la forma de vida que llevaron en este mundo.

En ese tiempo de la ausencia de un juez en el pueblo hebreo, vivió un hombre llamado Micaía, quien trató de adorar al eterno Creador a su manera, violando las instrucciones de una verdadera adoración. Micaía sustituyó la adoración a Dios en el tabernáculo, en presencia de los sacerdotes designados por el Creador, con una versión de adoración casera. Alrededor del mundo existen muchas personas confundidas al igual que Micaía, que tratan de rendir adoración a Dios a su manera, tergiversando cada una de las enseñanzas de la Biblia, originando el caos y la confusión entre las personas que realmente buscan adorar correctamente a Dios

Cierto día, un joven levita que vivía en la ciudad de Belén de Judea había salido de su casa en busca de un nuevo lugar de residencia. Viajando hacia el norte llegó al lugar donde vivía Micaía. Cuando éste supo que el joven andaba en busca de trabajo, le propuso que se quedara en su casa como sacerdote. Pues Micaía había construido un altar en su casa para rendir el culto de adoración a Dios, y necesitaba un sacerdote que oficialice los actos rituales de adoración a Dios. Aunque este joven era un levita, no era de la familia de Aarón, por lo cual no estaba autorizado para servir como sacerdote. Sin embargo, Micaía le ofreció un sueldo, comida y vestido, y el levita aceptó servirle. Tras el convenio, Micaía consagró al levita, y el joven se convirtió en su capellán privado. Debido a que un miembro de la tribu sacerdotal estaba ahora sirviendo como su sacerdote, Micaía confiaba en que el Señor lo prosperaría.

Queridos hermanos, Micaía trató de adorar a Dios a su manera, en ese error ordenó a un hombre que no pertenecía a la familia de Aarón como su sacerdote personal, así trató de legalizar su forma de adoración en el altar que había construido en su casa. La adoración a Dios no es como el hombre lo desea, la verdadera adoración es como Dios lo estableció, y todo aquel que desee adorar a Dios debe seguir lo que Él estableció en su palabra. Hermanos, pasar por alto las instrucciones de Dios nos puede llevar a la confusión y a la destrucción. Cualquiera que no se someta a Él terminará haciendo lo que en ese momento le parezca bueno. ¿Si usted quiere saber lo que es bueno y como adorar a Dios? Usted tiene que buscar esas respuestas a través del estudio de su Palabra. Solo así, usted sabrá si está adorando correctamente a Dios o está en un error al igual que Micaía.