JOSUÉ 13
¿POSTERGAR?
1 Cuando Josué ya era anciano, el SEÑOR le dijo: Estás envejeciendo y todavía queda mucha tierra por conquistar. 2 Aún faltan todas las regiones de los filisteos y de los gesureos, 3 y el territorio más extenso de los cananeos… 6 … Yo mismo iré expulsando a esos pueblos de la tierra del paso de los israelitas. Así que asegúrate de darle esta tierra a Israel como una preciada posesión, tal como te lo ordené. NTV.
Entre las personas hay un refrán muy conocido, este refrán es: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. La aplicación de este dicho es con el propósito de impulsar a las personas a no dejar las cosas que pueden hacer en ese instante. A pesar de que este refrán es conocido por casi la totalidad de las personas, no son aplicadas en sus vidas, pues se puede ver que las personas por su naturaleza siempre están posponiendo sus obligaciones para días posteriores, pensando que el mañana es algo seguro.
Antes de su muerte, Moisés delegó el liderazgo sobre el pueblo hebreo a Josué, el cual había mostrado desde su juventud su fervor, lealtad y servicio al Señor. Moisés instruyó a Josué para que dirija a su pueblo en la conquista de la tierra prometida al otro lado del Jordán, también le instruyó para que esas tierras después de ser conquistadas, sean repartidas entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés. Tras la muerte de Moisés, Josué lideró al pueblo hebreo y conquistó con la ayuda del Creador gran parte de los territorios cananeos al otro lado del Jordán.
A pesar de que Dios le había dado muchas victorias a Josué; sin embargo, todavía habían quedado muchas tierras sin conquistar, por eso en su ancianidad, Josué recibió instrucciones del eterno Creador para que siga adelante en la conquista de los territorios que todavía no estaban en manos del pueblo hebreo. Josué no debía demorarse en la conquista de los territorios faltantes, pues ya era de edad avanzada y antes de su muerte tenía que dividir todo el territorio conquistado entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés.
Entre los primeros territorios conquistados por Josué, no estaban incluidos los territorios de los filisteos al sudoeste, ni tampoco el territorio de los fenicios en el noroeste. Estos territorios que habían quedado sin conquistar en ese momento, estaban incluidos en los planes del Creador para ser distribuidos entre las tribus, por eso, Josué antes de distribuir los territorios, primero tenía que conquistar todos los territorios que Dios había establecido como posesión de Israel.
En la conquista de los territorios faltantes, Dios prometió a Josué ir delante del pueblo hebreo expulsando a todos sus enemigos. El pueblo hebreo todavía tenía batallas que lidiar para heredar la tierra prometida, pero en esas batallas no estarían solos pues tenían la seguridad de que el Señor exterminaría a sus enemigos delante de ellos y les entregaría las tierras para tomar posesión y así se cumpla la promesa de Dios a los patriarcas de Israel.
Queridos hermanos, Josué a través de Moisés, recibió la tarea de distribuir la tierra prometida entre las tribus de Israel, esta tarea tenía que cumplir lo más antes posible pues ya estaba de edad avanzada y no debía postergarla. Tal como Josué recibió una tarea en el pasado, todas las personas que aceptan a Jesucristo como su Señor y Salvador, reciben una tarea que deben de cumplir sin demora, esta tarea es la gran comisión. El Señor entrega a sus seguidores la tarea de llevar el evangelio a todos los rincones del mundo, para que así todo el mundo tenga la posibilidad de arrepentirse de sus pecados y tener una vida eterna. Hermanos, muchos cristianos piensan que tienen sus vidas compradas, por eso, postergan el cumplir la gran comisión, pero la realidad es que nadie tiene la vida comprada, pues hoy estamos con vida, pero el mañana es incierto. No posterguemos más la tarea que el Señor nos ha encomendado, empecemos a compartir el amor de nuestro amado Señor a todas las personas que nos rodean, para que ellos tengan la posibilidad de reconocer a Jesús como su Señor y Salvador.