JOSUÉ 5

REVERENCIAS Y SUMISIÓN.

13 Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: ¿Eres amigo o enemigo? 14 Ninguno de los dos contestó. Soy el comandante del ejército del SEÑOR. Entonces Josué cayó rostro en tierra ante él con reverencia. Estoy a tus órdenes dijo Josué. ¿Qué quieres que haga tu siervo? 15 El comandante del ejército del SEÑOR contestó: Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás parado es santo. Y Josué hizo lo que se le indicó. NTV.

¿Alguna vez usted se ha encontrado al frente de una persona que tenga algún tipo de arma en las manos? ¿Qué sintió? Por lo general cuando las personas se encuentran al frente de una situación similar, lo primero que se les viene a la mente es la de correr, pero en algunas ocasiones se quedan paralizados por el miedo. En los tiempos del antiguo testamento, Josué, el siervo de Dios, se encontró solo al frente de un hombre, el cual tenía una espada afilada en sus manos. esta persona fue; el mismísimo comandante del ejército del SEÑOR.

Josué después de haber participado de la pascua, hizo un recorrido por el lugar, sin darse cuenta se encontró solo y lejos del campamento de Gilgal, analizando a Jericó, el próximo objetivo de Israel. Ante este reconocimiento del lugar, cuando alzó su mirada, al frente vio a un hombre con una espada filosa desenvainada en la mano. Ante esta situación Josué no sintió temor, más bien se acercó a este hombre misterioso y le preguntó: ¿Eres amigo o enemigo? Josué a través de esta acción, mostró que no tenía miedo a nada, porque sabía que tenía al eterno Creador de su parte, el cual le defendería de toda amenaza. Muchos cristianos cuando se encuentran al frente de una situación adversa, sienten miedo y se angustian, se olvidan pronto de que tienen al eterno Creador de su parte, se olvidan que junto a Él nada les faltará.

Ante la pregunta de Josué, el extraño ser contestó: no soy amigo ni enemigo. Soy el comandante del ejército del SEÑOR. A través de esta respuesta, el extraño ser reveló ante Josué y Josué rápidamente se postró ante Él. Cuando Josué interrogó al Extraño ser, desempeñó el papel de un soldado que no tolera que nadie ocupe una posición ambigua. Pero cuando reconoció las credenciales que Aquel llevaba, se sometió a Él como a su comandante en jefe, por eso ante esta autoridad superior, Josué se rindió, se postró a sus pies. Algunos cristianos han tomado a Dios como si fuese alguien igual a ellos, por eso le han perdido el temor y temblor al presentarse frente a Él. Los cristianos deben entender que jamás, Dios será igual a ellos, Él es un Ser superior y merece la total reverencia y adoración. Todo el mundo debe rendirse a sus pies.

Inmediatamente después de postrase, Josué se puso a las órdenes del comandante del ejército del Señor, se quitó el calzado tal como le había pedido. Josué, con esta aparición, quedó convencido de que el mismísimo creador iba a liderar la batalla y les iba a dar la victoria sobre los ejércitos cananeos. Además, comprendió que el Dios santo y poderoso está con él, de la misma forma como estuvo con su siervo Moisés en el pasado.

Queridos hermanos, Josué a pesar de ser el líder del pueblo hebreo estaba sometido a Dios, el Líder absoluto sobre toda la creación. Por eso cuando el comandante del Ejército del Señor se le reveló, él en sumisión, se postró ante Él y se puso a sus órdenes. Hermanos el temor reverente y el respeto deben ser reacciones propias ante un Dios santo. Nosotros como siervos sumisos ante el Señor, debemos mostrar nuestra reverencia a través de nuestras actitudes y acciones. Debemos reconocer el poder, la autoridad y el amor profundo de Dios. Nuestras acciones deben demostrar nuestras actitudes delante de los demás. El respeto a Dios es tan importante hoy como lo fue en los tiempos de Josué, aunque en la actualidad no se acostumbre a quitarse el calzado para demostrarlo.