- Jesus Is Life

02/10/2021

TODO ESTÁ BAJO EL CONTROL DE DIOS

1 … Moisés y los líderes de Israel le dieron al pueblo la siguiente orden… 2 Cuando cruces el río Jordán y entres en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, erige algunas piedras grandes y recúbrelas con yeso. 3 Escribe en ellas todo este conjunto de instrucciones una vez que hayas cruzado el río para entrar en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, una tierra donde fluyen la leche y la miel… 4 Después de cruzar el Jordán, erige esas piedras en el monte Ebal y recúbrelas con yeso… 6 Edifica el altar con esas piedras sin labrar y úsalo para presentar ofrendas quemadas al SEÑOR tu Dios. NTV.

Antes de que Israel cruzara el río jordán para tomar posesión de la tierra prometida, Moisés y los líderes de los israelitas, ordenaron a todo el pueblo, tener presente y obedecer cada una de las palabras dadas por el Creador. Les ordenaron escribir en piedras recubiertas con cal, todas las leyes, ordenanzas y mandamientos recibidos. Estas ordenanzas debían ser cumplidas al llegar a la tierra que fluía leche y miel. La inscripción de las palabras de Dios en las piedras al momento de su llegada a Canaán significaba que la nación había aceptado como su regla de vida las leyes, ordenanzas y mandamientos del Creador en la nueva tierra. Esas piedras inscritas serían el testimonio permanente de este acto y del contenido de la legislación.

En el mundo antiguo, las leyes de las diferentes ciudades y naciones se escribían sobre las piedras, ya que en ese entonces todavía no contaban con hojas de papel. Las piedras que utilizaban algunas veces estaban cubiertas de cal para que la escritura que había sobre ellas se destacara claramente, en esta piedra se escribía con un pigmento negro. Pero también había otro método de escritura en las piedras, esta consistía en grabar las letras. Algunas escrituras antiguas hechas en piedras han sido encontradas en las diferentes excavaciones arqueológicas realizadas en diferentes puntos de ubicación de las civilizaciones antiguas. Actualmente esos hallazgos son conservados en los diferentes museos y bibliotecas del mundo.

Al tomar posesión de la tierra prometida a sus antepasados, Moisés le ordenó a su pueblo construir un altar de piedra. Pero las piedras que debían utilizar para la construcción de este altar, no debían ser piedras cortadas, debían ser piedras integras de modo que el pueblo no empezara a adorar los altares como si fueran ídolos. El uso del cincel para cortar una piedra del altar equivaldría a profanarlo. Además, como en esa época los israelitas todavía no estaban capacitados para trabajar con hierro, la utilización de herramientas de hierro podría indicar que hacían uso de la cooperación y la pericia de otras naciones.

Este altar debía ser construido en el monte Ebal, el cual se encontraba en la parte central de Canaán, aproximadamente a medio camino entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, a ocho kilómetros al norte de Siquem. Allí, en el pasado el Señor le había prometido a Abraham: dar una tierra a su descendencia para que formen una nueva nación, y en ese lugar Abraham construyó un altar al Señor. Al renovar el pacto aquí, Israel podría apreciar la conexión entre el pacto con Abraham, en el cual le prometió a Israel su tierra y al mundo su Salvador, y el pacto mosaico, en el que le prometió a Israel una vida próspera en la tierra si permanecían fieles a Él .

Queridos hermanos, en todo su peregrinaje el pueblo hebreo presenció el poder asombroso de Dios. Con la construcción del altar en el mismo lugar donde Dios había prometido a Abrahám dar esas tierras a su descendencia, el pueblo hebreo reconocería que todo estaba bajo el control del eterno Creador. Hermanos, muchas veces nos angustiamos por las dificultades que se presentan en nuestras vidas. Nos angustiamos al no ver la respuesta inmediata de Dios a nuestro clamor. En esos momentos de angustia, nos olvidamos que todo está bajo el control de Dios. Recordemos que el pueblo hebreo tuvo que esperar muchos años para recibir la herencia que Dios le había prometido a Abraham, a la final lo recibieron en el mismo lugar en el cual le había hecho la promesa de una herencia a su descendencia. En medio de nuestras crisis, debemos recordar que todas las cosas que suceden en nuestras vidas están bajo el control de Dios y que Él no permitirá que padezcamos más de lo que podamos resistir.