DEUTERONOMIO 21.

02/02/2021

PRONTA DISCIPLINA.

18 Supongamos que un hombre tiene un hijo terco y rebelde, que no quiere obedecer ni a su padre ni a su madre, a pesar de que ellos lo disciplinan. 19 En un caso así, el padre y la madre tendrán que llevarlo ante los ancianos mientras estén juzgando en las puertas de la ciudad. 20 Ambos padres les dirán a los ancianos: “Este hijo nuestro es terco y rebelde y se niega a obedecer. Es glotón y borracho”. 21 Entonces todos los hombres de esa ciudad lo matarán a pedradas. De ese modo limpiarás esa maldad que hay en medio de ti, y todo Israel se enterará y tendrá miedo. NTV.

El código de la niñez y adolescencia, en muchos países del mundo, protegen a estos grupos de posibles maltratos que puedan sufrir a manos de sus padres o de la sociedad. El manejo correcto de este código es muy importante, ya que, en él, refleja los derechos propios de los niños y adolescentes, este código no solo fue hecho para regular los derechos de ellos, sino también para regular los deberes de ellos ante sus padres y la sociedad. Pero en algunos países, más se han enfocado en la aplicación de los derechos de los niños y adolescentes, por tal razón, en estos países, dificulta a los padres el poder disciplinar a sus hijos, ya que pueden ser juzgados como padres maltratadores.

Por la mala aplicación del código de la niñez y adolescencia, en la actualidad hay muchos niños, adolescentes y jóvenes desobedientes a los padres, muchos de ellos son irrespetuosos y carentes de buenos valores. El grupo de chicos rebeldes y desobedientes cada día va en aumento, ya que los padres han dejado de corregir a sus hijos por el temor de ser demandados. Dios en el pasado, dio autoridad a los padres para que disciplinen a sus hijos, pero las leyes de los países, cada vez les están quitando esta autoridad sobre sus hijos.

Dios estableció un castigo ejemplar para todos los hijos rebeldes y desobedientes a sus padres, por eso para que los hijos no caigan en este terrible castigo, el Creador estableció la corrección temprana y la educación en el seno de la familia, pero si la educación y la corrección de los padres no daba efecto, el hijo debía ser llevado ante los ancianos de la ciudad, para que reciba el castigo decretado. La dureza de esta ley obligaba a los padres a prestar mucha atención a la educación de sus hijos, justamente para evitar que tuvieran que llegar al extremo de tener que entregarlos para ser ajusticiados.

Ante la depravación y rebeldía crónica de los hijos, Dios exigía que los dos padres se presentaran ante los ancianos para dar testimonio de que estaban de acuerdo en que era inevitable tomar esa medida drástica sobre su hijo rebelde. Los ancianos de la ciudad confirmaban que la acción de los padres no era precipitada ni permisiva. Los hijos adultos ya no eran sólo responsabilidad de los padres, sino de toda la comunidad. Obviamente, el propósito de esta ley no era el de rehabilitar al hijo rebelde; esa oportunidad ya había pasado. Dios tenía el propósito de que esa ley fuera una medida preventiva; para que la maldad dentro de la ciudad no crezca.

Queridos hermanos, La falta de disciplina de los padres sobre los hijos ocasiona que ellos crezcan y sean personas rebeldes y malvadas, ocasionantes de daños a la sociedad, gracias a esta falta de disciplina, las personas inocentes deben vivir en terror y peligro. Debemos tener esto en claro, lo que perjudica a una sola familia en la comunidad ataca a toda la comunidad. Si los padres se niegan a castigar al hijo que infringe la ley, ellos tienen la culpa por aprobar y hasta por participar en el comportamiento desafiante de sus hijos. Hermanos, las leyes de las naciones pueden decir lo que sea en cuanto a la disciplina de los padres sobre los hijos, pero nosotros como cristianos debemos escuchar a Dios mas que a las leyes nacionales. Dios aprueba la disciplina temprana de los padres sobre los hijos, para que ellos no se desvíen del correcto camino, del camino que lleva a la salvación y a la vida eterna. Corrija pronto en el amor de Dios a sus hijos para que después no sea condenado por el eterno Creador.