SABIDURÍA Y DIPLOMACIA.
26 … Desde el desierto de Cademot mandé embajadores a Sehón, rey de Hesbón, con la siguiente propuesta de paz: 27 “Permítanos atravesar su territorio. Nos quedaremos en el camino principal y no nos desviaremos por los campos ni a un lado ni al otro. 28 Véndanos alimentos para comer y agua para beber, y le pagaremos. Sólo queremos permiso para pasar por su territorio. 29 Los descendientes de Esaú, que viven en Seir, nos permitieron pasar por su tierra, y lo mismo hicieron los moabitas, que viven en Ar. Déjenos pasar hasta que crucemos el Jordán y lleguemos a la tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos da”. NTV.
El pueblo hebreo por su desconfianza en el poder de Dios para entregarles la tierra prometida, como castigo Dios les hizo peregrinar por el desierto casi treinta y ocho años. En esos años murieron todos los hombres mayores de veinte años que desconfiaron en Dios. En los treinta y ocho años deambularon de un lugar a otro, cruzando ciudades y realizando pactos de paz entre los pueblos. En algunas ciudades se detenían solo para abastecerse de agua y alimentos para todo el pueblo y sus animales, por los otros pueblos solo lo cruzaban para proseguir su camino por donde el Señor los llevaba.
En todo el peregrinaje del pueblo hebreo, Dios permaneció con ellos a pesar de sus rebeliones y desobediencias a sus ordenanzas. Él permaneció con ellos porque había prometido a sus antepasados, entregarles una tierra como heredad para que puedan vivir como una gran nación. Dios no le abandonaría por más rebelde que fuera Israel, tenía
que cumplir su promesa y dirigirle a la tierra donde fluía leche y miel.
El pueblo hebreo en su peregrinaje constantemente debía cruzar diferentes pueblos para proseguir adelante en su camino. Por cada pueblo que debían atravesar, enviaban embajadores para que realicen convenios con los reyes y así les permitan cruzar sus territorios. Israel no era un pueblo que causaba disturbios a su paso, ni tampoco Dios les permitía. Ellos cruzaban los pueblos pacíficamente por donde el Señor los dirigía en su camino a la tierra prometida.
Cuando se aproximaron a Hesbón, Moisés envió una comitiva al rey Sehón solicitando una autorización para cruzar por su reino y de paso abastecerse de agua y alimentos para proseguir su largo camino. Moisés bajo la dirección de Dios, se acercó diplomáticamente, ofreciendo realizar un convenio de paz con Sehón y prometiendo no perturbar el paisaje de Hesbón. Además, para causar más confianza en el rey, Moisés citó el nombre de los pueblos por donde ya habían atravesado y el mismo trato que habían hecho con los gobernantes de esos pueblos para proseguir con su travesía. Se podría pensar que el ofrecimiento que hizo Israel de comprar con dinero los alimentos y el agua, le hubiera interesado a un rey preocupado por la economía de su nación. El buen comportamiento anterior de los israelitas cuando pasaron por el territorio edomita y moabita, debe haber sido un punto a su favor. Pero a pesar de todo esto el rey Sehón negaría el paso a Israel.
Queridos hermanos, el pueblo hebreo podía haber cruzado la ciudad Hesbón a la fuerza, pero no lo hicieron, ellos bajo la dirección de Dios, trataron de cruzar pacíficamente y utilizaron la diplomacia para este propósito. Hermanos, en el mundo existen muchas personas que son difíciles de tratar, ya sea por el temperamento o el carácter de esas personas. Cuando nos encontremos con personas así, no debemos perder el control, debemos dejarnos dirigir por nuestro Señor y tratarlos de la mejor forma posible, con sabiduría y diplomacia antes que la fuerza.