El duelo

El duelo

Superar la muerte de un ser amado es un proceso profundo y doloroso. No existen fórmulas mágicas o estrategias para superar de la noche a la mañana tremenda pérdida, sino que tiene que seguirse un poseso para sanar el corazón adolorido.

No se trata de superar la perdida y olvidarlo, sino de aprender a vivir con la ausencia del ser amado y encontrar una forma de integrar esa pérdida a nuestra vida. Es un camino de sanación que requiere tiempo, paciencia y autocompasión.

En este proceso, hay que permitirse sentir las emociones sin juzgarnos. Sentir la tristeza, la rabia, la culpa, la confusión, y el vacío… todas estas sensaciones son reacciones válidas tras una perdida. Tratar de reprimir o ignorar estos sentimientos solo prolongará el dolor. Si hay que llorar, debemos hacerlo, ya expresa nuestro enojo de forma segura.

El duelo es agotador tanto física como emocional. Es vital cuidarnos, incluso si no tenemos ganas. Debemis intentar mantener una rutina simple, comer de forma nutritiva, hacer algo de ejercicio físico y dormir lo suficiente. Debemos evita recurrir a hábitos poco saludables como el alcohol o el tabaco o algún otro estupefaciente. Estos hábitos podrán parecer que nos ayudan en nuestro poseso, pero solo nos brinda un escape temporal, y a largo plazo solo dificultan el proceso de sanación.

No tenemos que pasar por esto solos. Podemos compartir nuestros sentimientos con amigos o familiares de confianza que nos puedan escuchar sin juzgarnos. Podemos compartir nuestros recuerdos y sentimientos con quienes también amaban a la persona, esto ser puede de gran consuelo. Si sentimos que necesitamos más ayuda, podemis considerar unirnos a un grupo de apoyo. Conectar con otras personas que están pa⁶ysando por una experiencia similar a nosotros puede hacernos sentir menos solo y brindarnos nuevas perspectivas para afrontar el duelo.

Si sentimos que el dolor es demasiado abrumador y nos impide realizar nuestras actividades diarias, o si los síntomas de duelo persisten durante un largo período de tiempo, es recomendable que busquemos la ayuda de un terapeuta o consejero de duelo. Un profesional puede ofrecernos herramientas y un espacio seguro para procesar nuestros sentimientos y ayudarnos a avanzar.

En este poseso en lugar de enfocarte solo en la pérdida, podemos encontrar consuelo en celebrar la vida de nuestro ser amado que partió. Creando un álbum de fotos de momentos mágicos y maravillosas compartidos, también podemos escribir sus cualidades y virtudes, así como anécdotas y momentos especiales.

No hay un tiempo límite para el duelo. Cada persona tiene su propio ritmo. Debemos ser paciente con nosotros mismo y darnos el espacio y el tiempo que necesitemos para sanar. El dolor no desaparecerá por completo, pero con el tiempo, la intensidad disminuirá y la alegría volverá a encontrar su lugar en nuestra vida.

En todo este poseso, debemos tener presente a Dios, ya que es el único que podrá aplacar el dolor, darnos consuelo y sanar las heridas
De nuestro alma.