APRECIO A LOS MINISTROS DE CRISTO
APRECIO A LOS MINISTROS DE CRISTO
El amor por compartir las Buenas Nuevas de salvación y vida eterna, es el motor que mueve a los verdaderos siervos de Dios. Por este amor y pasión por el evangelio, no les importa dedicar la mayor parte de su tiempo para enseñar a otros, sin recibir ninguna contribución económica. Su más ferviente anhelo es que el evangelio de la cruz sea predicado a todos los hombres. Predicar el evangelio de la cruz y dirigir una congregación cristiana ya establecida sin esperar alguna contribución económica, sería lo óptimo de los siervos de Dios, pero no lo más adecuado para las iglesias de Cristo, ya que las iglesias ya establecidas se mal acostumbran a no sustentar a los que les alimentan espiritualmente. Este fue el caso de la iglesia de Corinto, tal como nos da a conocer el apóstol Pablo: “¿Estaba equivocado cuando me humillé y los honré al predicarles la Buena Noticia de Dios sin esperar nada a cambio?” 2 Corintios 11:7 NTV.
Predicar sin recibir alguna contribución económica, es propia de un verdadero siervo de Dios, pero un mal testimonio para las congregaciones ya establecidas, ya que el deber de una congregación cristiana, es sustentar a quienes los alimentan espiritualmente, ya que ellos, dedican la mayor parte de tiempo para estudiar la palabra, planificar las prédicas y enseñanzas, y estar en comunión con Dios. Además, dan parte de su tiempo para administrar los diferentes ministerios de la iglesia, también dedican parte de su tiempo a sus consiervos para instruirles en la palabra, para aconsejarlos y orar por ellos. Por todo el tiempo que invierten en el ministerio, es justo que la congregación se preocupe por sustentar las necesidades de los verdaderos siervos de Dios.
El apóstol Pablo, por un largo tiempo compartió la palabra de Dios a los creyentes de la iglesia de Corinto, pero en todo ese tiempo, la iglesia no hizo nada para sustentar al siervo de Dios. Al igual que esta iglesia, algunas iglesias de la actualidad, no se preocupan por sustentar las necesidades de quienes velan por sus necesidades espirituales y comunión con Dios. Posiblemente no todas las congregaciones cristianas tengan los recursos económicos para sustentar las necesidades de sus pastores, pero otras congregaciones teniendo las posibilidades, no se preocupan de hacerlo, de esta manera estas congregaciones deshonran la labor pastoral que realizan los llamados para ejercer este ministerio. Una congregación no tiene que quedarse tranquila escudándose de que no tiene los recursos necesarios para ayudar a suplir las necesidades de quienes velan por los requerimientos espirituales de la congregación. Si valoran los esfuerzos que hacen sus pastores, deben tratar de ayudarlos, no importa que sea con mucho o poco, lo importante es que se demuestre el aprecio que se les tiene, y que valoren el tiempo que invierten para estar al frente de la congregación.