SEÑAL MILAGROSA

SEÑAL MILAGROSA

JUAN 2:7 Jesús le dijo a los sirvientes: Llenen las tinajas con agua. Una vez que las tinajas estuvieron llenas, 8 les dijo: Ahora saquen un poco y llévenselo al maestro de ceremonias. Así que los sirvientes siguieron sus indicaciones. 9 Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía … mandó a llamar al novio. 10 Un anfitrión siempre sirve el mejor vino primero le dijo . Y, una vez que todos han bebido bastante, comienza a ofrecer el vino más barato. ¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora!. 11 Esta señal milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos creyeron en él. NTV.

La preocupación de algunos seudo líderes religiosos de la actualidad, es la de llamar la atención de los hombres y así ganarse adeptos para sus movimientos religiosos que por lo general, no están completamente alineados a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. Con este propósito, realizan señales milagrosas similares a las señales que hizo Jesucristo cuando estuvo en este mundo. La señal más frecuente realizada por estos hombres inescrupulosos, es la trasformación de agua en vino, la cual fue la primera señal milagrosa que hizo Jesucristo en una fiesta de bodas, días antes de iniciar formalmente su ministerio en favor de los hombres pecadores. Este ministerio que fue encomendado por su amoroso Padre Eterno.

A lo largo de los tiempos, los hombres han tratado de emular el milagro de convertir el agua en vino, y aparentemente lo han logrado, pero la cantidad y calidad de estos vinos, no son nada en comparación a la cantidad y calidad de vino realizado por Jesucristo. Los hombres han convertido el agua en vino en unas botellas de medio o de un litro, pero después de convertirlos no los han dado a probar. En contraste a estos hombres, Jesucristo convirtió más de seiscientos litros de agua en vino de la mejor calidad, por eso después de convertirlo, fue llevado al maestro de ceremonia de la celebración, ya que él era el encargado de supervisar el servicio de alimentos y de bebidas que iban a ser compartidos a los invitados a la boda. El maestro de ceremonia, sin duda era conocedor de vinos, por eso al probar el vino hecho por Jesucristo, se maravilló de que el novio sacara tan buen vino cuando la celebración ya estaba por terminar.

Jesucristo no hizo este milagro para llamar la atención de los hombres, como sí lo hacen algunas personas que dicen ser sus siervos. Jesucristo lo hizo en obediencia a su madre, revelando de esa manera Su gloria como el Mesías prometido por los profetas del Antiguo Testamento. Además, esta señal generó que sus discípulos se aferraran más a Él y dispusieran sus vidas para permanecer junto a su Maestro en todo el trayecto de su ministerio terrenal. Esta señal proporcionó una manera física de señalar una verdad espiritual, es decir, la gloria del Unigénito Hijo de Dios. Esta acción de convertir el agua en vino probó la divina autoridad de Jesús y su majestad sobre toda la creación.

Esta señal milagrosa también tiene una enseñanza y aplicación profunda para la actualidad. Sin duda Jesucristo tiene el poder para transformar lo simple en algo extraordinario. Tal como convirtió el agua simple en el más exquisito vino de su época, también tiene el poder para convertir la vida de un vil pecador, en una vida santa y consagrada a Dios, libre de toda condenación futura. Toda persona que quiera ser transformado y abandonar su vida de pecado, puede acudir confiadamente al Unigénito Hijo de Dios para recibirlo como su Señor y Salvador. Al hacer este paso de fe, su vieja naturaleza de pecado, será transformado en una nueva naturaleza libre de toda condenación.

Queridos hermanos. Las señales milagrosas hechas por Jesucristo, no fueron para llamar la atención de las personas, sino para demostrar su poder y autoridad como el Unigénito Hijo de Dios. Por eso su primer milagro, no lo realizó en la presencia de las principales autoridades del pueblo judío o romano, sino que lo hizo en un oscuro pueblito de Caná de Galilea, y los que estuvieron al tanto de esta señal milagrosa, posiblemente fueron los sirvientes, la madre de Jesús y los discípulos. Hermanos. Sin ninguna fanfarria, Jesús llevó a cabo lo que Su Padre Eterno de antemano ya había establecido que Él hiciera. Y dio el resultado esperado, pues al ver esta señal, sus discípulos creyeron en Él de una manera más ferviente. Nuestro servicio a Dios, no debe ser para llamar la atención de las personas a nosotros mismos, sino debe ser para que ellos vean la gloria de Dios, y le glorifiquen por su poder y magnificencia para liberarlos de la condenación eterna.