LISTA DE INVITADOS

LISTA DE INVITADOS

LUCAS 14:12 Luego Jesús se dirigió al anfitrión: Cuando ofrezcas un almuerzo o des un banquete le dijo, no invites a tus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos. Pues ellos también te invitarán a ti, y ésa será tu única recompensa. 13 Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego. 14 Luego, en la resurrección de los justos, Dios te recompensará por invitar a los que no podían devolverte el favor. NTV.

Al momento de planificar la lista de invitados para una fiesta de bodas, o un banquete, comúnmente los primeros de la lista son los familiares, luego los amigos, compañeros de trabajo y personas allegadas a los anfitriones. En esta lista de invitados, casi nunca entran las personas más necesitadas de la sociedad, como los pobres, los huérfanos, los vagabundos, las viudas de escasos recursos económicos, y personas con enfermedades terminales o que tengan algún grado de discapacidad. Esto es lo común en este mundo lleno de maldad y pecado, pero Jesucristo no está de acuerdo con esta forma de proceder de la sociedad humana, pues su anhelo es que las personas que más tienen, compartan con las personas que menos tienen y necesitados de la sociedad. Este deseo le dio a conocer al anfitrión del banquete y a todos los que estaban sentados con Él a la mesa.

Cierto día de descanso, Jesús fue invitado a cenar en la casa de un líder de los fariseos, al estar ahí, posiblemente miró a su alrededor y vio que todos los invitados eran personas bien vestidas e importantes de la sociedad judía, como escribas, sacerdotes y más líderes políticos y religiosos. Pero entre todos los invitados, no vio ni a una sola persona pobre y necesitada de la sociedad. Ese banquete había sido organizado solo para la alcurnia de Jerusalén, razón por la cual las personas no privilegiadas de la sociedad judía no habían sido invitadas. Por ello, Jesucristo aprovechó la ocasión para enunciar uno de los grandes principios del cristianismo: que se debería amar a aquellos que no son influyentes en la sociedad, y que no pueden compensar ese amor de alguna manera.

La manera en que las personas suelen actuar al momento de organizar una fiesta o banquete, es invitar a sus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos, siempre con la esperanza de que en algún momento les devuelvan la invitación, o les paguen con algún favor. El Señor está en contra de la actitud del que hace el bien básicamente para recibir una recompensa tangible y terrenal. Ante esta errónea manera de proceder, Jesucristo le dio a saber al anfitrión del banquete la manera adecuada que debería proceder en los próximos banquetes que organizara. Jesús le dijo que en vez de invitar a las personas que tienen recursos económicos suficientes, debería invitar a las personas que no tienen ni siquiera para solventar sus necesidades primordiales, y así, les mostrara su bondad y amor por ellos. Además, el Señor añadió que, si actuaba de esta manera, sería recompensado por el Padre eterno en el día de su resurrección.

Dios reserva una especial recompensa para todos los creyentes que muestren amor, bondad y compasión por todas las personas necesitadas de la sociedad. Aunque ellos no puedan dar ninguna recompensa por la generosidad mostrada en favor de ellos, el mismo Padre Eterno promete recompensar en la resurrección de los justos a todos aquellos que mostraron generosidad para con los más necesitados. Este tiempo de recompensa se conoce en las Escrituras como la primera resurrección o arrebatamiento. Esta primera resurrección incluye a todos los verdaderos creyentes que vivieron su vida cristiana en conformidad a la voluntad de su Señor y Salvador Cristo Jesús.

Queridos hermanos. El Señor promete una recompensa a todos los creyentes que sean bondadosos con los más necesitados de la sociedad, pero esta promesa de recompensa no debe ser lo que nos mueva a ser generosos con los necesitados. Nuestra generosidad debe ser sin ninguna clase de interés, debe ser hecha con amor, reconociendo que Dios es generoso con nosotros todos los días, y derrama de Sus bendiciones para que nunca nos falte nada. Hermanos. Nuestro Padre eterno es generoso sin ninguna clase de interés, por eso como sus hijos debemos actuar de la misma manera. Debemos compartir con amor y alegría lo poco o lo mucho que Dios pone en nuestras manos, sabiendo que Dios en su amor y generosidad seguirá derramando de sus bendiciones para que nunca nos falte lo que podamos necesitar. Teniendo presente las palabras de nuestro Señor, al momento de que planifiquemos nuestra lista de invitados para una fiesta, enlistemos primero a los más necesitados de nuestro alrededor, y luego a los que si tengan posibilidades económicas.