NO SE LO DIGAS A NADIE

NO SE LO DIGAS A NADIE

Jesús luego de sanar a un hombre leproso, le exigió que no se lo contara a nadie de como había alcanzado la sanidad de su enfermedad, ya que su anhelo no era alcanzar la fama entre los hombres. Su anhelo era que todas las personas alcancen la sanidad física como la sanidad espiritual, por eso cuando sanó al hombre lo liberó de su enfermedad física, y al enviarlo con los sacerdotes para que lo declararan ceremonialmente limpio, le iba a dar sanidad espiritual, ya que una vez que fuera declarado ceremonialmente limpio, podría participar libremente de la adoración a Dios en el templo de Jerusalén. Así como Jesucristo no quiso que sus señales milagrosas sean divulgadas abiertamente, también sus siervos deben anhelar que cualquier señal milagrosa que realicen en favor de otros hermanos no sean divulgados. Pues los siervos de Cristo no están para buscar la fama o la admiración de otros hombres, sino para servir a los que necesitan sanidad física y espiritual, y así Su Señor sea glorificado. Marcos 1:44.