EL YUGO DE JESUCRISTO

EL YUGO DE JESUCRISTO

La Biblia es uno de los libros más leídos en el mundo, pero pese a que sea el más leído, no implica que todos sus lectores comprendan a cabalidad las enseñanzas doctrinales que se encuentran en ella. Algunas sectas y movimientos religiosos aprovechan esta dificultad de comprensión de las Sagradas Escrituras, para imponer a sus adeptos el cumplimiento adicional de ciertos reglamentos humanos para que puedan alcanzar el reino de los cielos. En ocasiones, algunos de estos reglamentos humanos son difíciles de que los cumpla el hombre, razón por la cual algunos retroceden en sus deseos de caminar hacia su salvación y la vida eterna. En contraste a los reglamentos difíciles de cumplir creados por algunas sectas y movimientos religiosos, el yugo de Cristo es fácil de llevar. Precisamente esto les dio a conocer Jesucristo a miles de judíos que estaban cansados de llevar el yugo de la religión judaica. Jesús les dijo: “Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana.” Mateo 11:29-30 NTV.

En los tiempos de Jesucristo, los judíos para alcanzar la salvación de sus almas, debían cumplir alrededor de 613 reglas derivadas del código mosaico, las cuales estaban reforzadas de un sinfín de tradiciones que debían obedecer. Todos estos reglamentos pese a que se derivaban del código mosaico, no estaban en conformidad a la voluntad de Dios, sino en conformidad a la voluntad de los líderes religiosos. Para el judío era imposible dejar su casa, tomar alimento, hacer una acción cualquiera sin exponerse a infringir a una, o a algunos de estos reglamentos religiosos. El tratar no infringir alguno de este reglamento, era el yugo pesado y difícil que llevaban los judíos en sus hombros. Ante el agobio espiritual de su pueblo, Jesucristo les invitó a dejar el yugo que llevaban, y tomaran Su yugo, el cual no era tan agobiante como el de la religión judaica.

En contraste al yugo que impone la religión judía, las otras religiones, sectas y movimientos religiosos; el yugo que ofrece Jesús es fácil de llevar, porque no implica el cumplimiento minucioso de la ley mosaica, los reglamentos religiosos, las costumbres y tradiciones humanas, sino, solo amar a Dios de todo corazón y cumplir su voluntad. Además, Jesucristo no es severo, duro y áspero como algunos líderes religiosos, en cambio Él es humilde y tierno de corazón, por eso todo aquel que lleve su yugo encontrará descanso para su alma. Si estamos dentro de un sistema religioso que nos imponen cargas difíciles y pesadas, abandonemos inmediatamente ese sistema religioso porque no está de acuerdo a las enseñanzas de nuestro Señor, ya que Su yugo es fácil y ligera su carga.