ESTUDIEMOS A NUESTRO ENEMIGO

ESTUDIEMOS A NUESTRO ENEMIGO

Los ejércitos antes de enfrentarse en batalla a sus enemigos, tratan de estudiar los movimientos, las debilidades y fortalezas que sus enemigos tienen, para ver que tácticas pueden ser más efectivas en contra de ellos y así derrotarlos. Conocer a nuestros enemigos siempre será ventaja al momento de que tengamos que enfrentarlos. Con esto no se quiere decir que debemos enfrentarnos con las personas que no tenemos una buena relación, o con las personas que siempre tratan de lastimarnos, sino que al conocerlos como son, estaremos preparados para no caer en sus tramas, ni tampoco en sus provocaciones. Pero si existe un enemigo de todos los hijos de Dios, y para enfrentarnos a él, debemos estar bien preparados, y conocer cada una de sus artimañas para no quedar atrapados en ellos. Conociendo tal como es este enemigo, jamás seremos derrotados, esto nos da a conocer el apostó Pablo: “Así Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus malas intenciones.” 2 Corintios 2:11 DHH.

Es importante que conozcamos todas las artimañas que puede utilizar Satanás en nuestra contra, ya que si no conocemos esas artimañas, le será más fácil tomar ventaja sobre nosotros para derrotarnos con total facilidad. El apóstol Pablo bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios, conocía todas las artimañas que podía utilizar Satanás para tratar de derrotar a los hijos de Dios y llevarlos consigo a la condenación eterna en el lago de fuego. Por eso nos hace esta advertencia para que estemos atentos a esas artimañas y no seamos presas de ellas. Satanás es astuto y emplea muchas maneras o tácticas para lograr la destrucción de los hombres. Siendo una de sus mejores tácticas la mentira, ya que lo ha sido desde el principio. De hecho, es el padre de la mentira tal como lo declara la Escritura.

Otras tácticas que utiliza Satanás en contra de nosotros son: el engaño, la destrucción, la acusación, la siembra de desaliento, todo esto causa división entre hermanos de la fe y la persecución al pueblo de Dios. El enemigo busca un punto débil en nuestra armadura, y dispara exactamente ahí para tratar de derrotarnos. La mejor defensa contra todos estos ataques del maligno, es llevar una vida en estrecha comunión con nuestro Señor por medio de la oración, la meditación de Su Palabra, la alabanza de Su Santo nombre, el servicio con nuestros dones y talentos, y congregarnos fielmente con otros hermanos de la fe. Llevando una vida así, estaremos siempre bajo el cuidado y la protección de Dios, y tendremos la fuerza y la sabiduría necesaria para discernir y no caer en ninguna de las artimañas de nuestro enemigo. Estudiando atentamente todos los movimientos y tácticas que utiliza Satanás, estaremos preparados para defendernos de sus ataques y derrotarlo con el poder de nuestro amado Señor.