SUPEREMOS EL DUELO

SUPEREMOS EL DUELO

Salir de una etapa de dolor, sin duda cuesta mucho, porque es difícil decir adiós a lo que se ha apreciado o amado con todo el corazón, y mucho más si se ha tenido por un largo periodo de tiempo. Por eso algunos se quedan enfrascados en esta etapa de dolor, tanto que dejan de disfrutar todo lo maravilloso que tiene la vida para ofrecerles. Arraigarse tanto a una pérdida de un trabajo, de una empresa, de un sueño, de una amistad o sociedad o incluso la pérdida de un familiar, no es nada sano, es necesario dejar de llorar y lamentarse por un pasado que no se puede cambiar. Hay que aprender a seguir adelante con la vida y seguir trabajando para el presente. Dios le dio esta exhortación al profeta Samuel, cuando el profeta persistía en su lamento por el rechazo de Dios a Saúl como rey de Israel: “Ahora bien, el SEÑOR le dijo a Samuel: Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey.” 1 Samuel 16:1 NTV.

Dios había rechazado definitivamente a Saúl como rey de Israel, debido a que había desobedecido una y otra vez a las órdenes que le fueron dadas. Pese a los graves errores que Saúl había cometido, a Samuel le costó tanto aceptar la decisión irrevocable que Dios había tomado, porque el profeta estaba estrechamente asociado con Saúl y las promesas para el reino hebreo. Cuando el profeta continuaba lamentando una pérdida que ya no podía recuperarse, Dios le ordenó que dejara ese lamento de una vez por todas y siguiera adelante con las nuevas órdenes que le había entregado. Al igual que Samuel, algunas personas se enfrascan tanto en una pérdida que no se puede recuperar, que dejan de seguir adelante con sus vidas.

La permanencia de Samuel en su lamento por Saúl iba afectar a toda una nación, ya que el próximo rey de Israel no sería ungido ni coronado. Algo similar sucede con las personas que guardan un duelo indefinido, ya que la permanencia en ese estado, termina por afectar a todas las personas que lo aman y lo estiman. No hay nada malo que lloremos o que nos lamentemos tras una pérdida de algo o de alguien, lo malo es cuando nos quedamos enfrascados en ese estado de duelo por mucho tiempo. El duelo no debe prolongarse al grado que anule nuestra capacidad para enfrentar los desafíos que sigue teniendo nuestra vida. Debemos aprender a seguir adelante, ya que la vida todavía tiene muchas cosas por ofrecernos como nuevas metas, nuevos retos, nuevos trabajos. Superar el dolor de la pérdida de un ser amado va ser un poco más difícil y complicado, pero lo vamos a poder superar con la ayuda de Dios. No nos quedemos enfrascados en nuestro dolor, sigamos viviendo mientras tengamos vida.