DIOS NOS PROTEGE DEL MAL VENIDERO

DIOS NOS PROTEGE DEL MAL VENIDERO

La vida de todos los seres humanos está en las manos de Dios. Él en su soberanía tiene los días y los años precisos para cada hombre en este mundo. A algunos hombres les da más de cien años para que vivan en este mundo y a otros menos de los cien años, pues esa es su voluntad para cada una de sus criaturas. En la perspectiva del hombre, posiblemente algunos dejen de existir tempranamente sin haber tenido la oportunidad de disfrutar de todos los placeres que ofrece este mundo, pero en la perspectiva de Dios, esos años fueron los precisos para esa persona y posiblemente le esté liberando de los días malos. Precisamente este hecho incomprensible para el hombre, lo da a conocer el profeta Isaías: “La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el por qué, tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá.” Isaías 57:1 NTV.

Sin duda, a ninguno de nosotros nos gusta la idea de que en algún momento un familiar, un amigo, o una persona cercana a nosotros deje de existir en este mundo. Pese a que no nos agrade esta idea, es una realidad que debemos afrontar en algún momento. Todos los seres humanos estamos de paso por este mundo, por eso, en el momento menos esperado, lo tendremos que abandonar irremediablemente. Nadie es eterno, todos sin excepción en algún momento abandonaremos esta vida terrenal. Pese a que conocemos esta realidad irremediable que nos espera a todos los seres humanos, ninguno de nosotros estamos preparados para afrontar ese terrible día, por eso cuando la vida física de un ser amado o apreciado se extingue, nos duele profundamente y cuestionamos las razones y los motivos por los cuales tuvo que partir. En ocasiones, estos cuestionamientos o reproches van dirigidos al dador de la vida, sin tener el conocimiento de sus planes.

Nosotros nos aferramos tanto a las personas que no comprendemos los planes perfectos que tiene Dios. Posiblemente la partida de nuestro ser amado fue preciso y necesario, pues nuestro amado Padre Celestial no deseaba que nuestro ser amado siguiera sufriendo por las tragedias que atraviesa el mundo, o posiblemente no deseaba que siga padeciendo dolor a causa de una enfermedad grave que aquejaba. Las posibles causas por las cuales Dios tiene que llevarse a alguien que amamos son muchas, y cada una de ellas son justificadas. Dios no desea que sus hijos padezcan dolor o sufrimiento, por eso los tiene que llevar a su presencia, pese a que a nosotros como familiares o amigos no nos agrade. Por eso si algún familiar o amigo parte a la presencia del Señor a prematura edad, no tenemos que reprocharle a Dios, en su lugar, debemos pedirle que nos consuele, y alivie el dolor de nuestro corazón ocasionado por la partida de nuestro ser amado.