LA ALEGRÍA MÁS GRANDE

LA ALEGRÍA MÁS GRANDE

Seguramente en alguna etapa de nuestra vida, experimentamos el más profundo amor por alguien. Este profundo amor posiblemente también terminó por llenar de alegría nuestra existencia. Pero con el pasar de los tiempos, posiblemente el amor y la alegría fue desvaneciéndose poco a poco hasta extinguirse por completo. El amor que experimentamos por alguien, casi nunca perdura en nuestro interior, debido a que este sentimiento no solo depende de nosotros sino también de la otra persona. Hay un amor más grande, que el amor que hayamos sentido por una persona. Este amor no solo nos puede dar alegría, sino que puede llenar completamente nuestro ser de gozo. Este profundo amor fue experimentado por los cristianos del primer siglo, tal como nos da a conocer el apóstol Pedro: Ustedes, aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras. 1 Pedro 1:8 TLA.

La alegría más grande o el gozo verdadero, jamás lo podremos encontrar en el amor a las cosas o a las personas, ya que el amor que experimentamos es pasajero y no perdura para siempre. El verdadero gozo lo podremos encontrar únicamente cuando amemos a Cristo Jesús con todo nuestro corazón. Ya que para amar a Jesucristo, debemos poner toda nuestra fe y confianza en Aquel que no hemos visto ni lo veremos mientras estemos en este mundo, pero por amor tendremos la certeza que está ahí y está derramando su profundo amor en nuestra vida. Una vez que experimentemos este profundo amor invisible, pero sí perceptible a nuestros sentidos, nuestra vida se llenará de gozo, tanto que no lo podremos describir con simples palabras. La infinita alegría de amar a Cristo no se puede explicar, porque todavía no se ha creado las palabras adecuadas para describirla.

En este mundo, todos podremos hablar de la alegría profunda o del gozo verdadero, pero no todos lo experimentaremos, sino solo los que amemos profundamente con nuestro corazón a aquel que entregó su vida por nosotros. Porque solo Él, llena nuestra vida de gozo, pese a las situaciones adversas que puedan inundarnos, pues tenemos la completa certeza de que en medio de esa situación adversa, nuestro amado Señor está junto a nosotros, dándonos la fortaleza necesaria para resistir, y no solo eso, sino que también nos dará la victoria a su debido tiempo. Si todavía no está experimentando el gozo indescriptible, permita que Cristo entre a su corazón, y le llene con su profundo y verdadero amor. Una vez que sienta el profundo amor de Cristo en su corazón, usted llegará a confiar y amar a Él con todo su ser. Y experimentará el gran gozo indescriptible de la salvación y la vida eterna.