VIVIR POR FE MARCA LA DIFERENCIA

VIVIR POR FE MARCA LA DIFERENCIA

Con frecuencia las personas en este mundo viven por lo que ven, más no por lo que creen, por eso no están dispuestas a luchar por algo que no pueden ver, o por algo que no es susceptible a sus sentidos, razón por la cual, la mayoría de personas no están dispuestas a luchar por su entrada al Reino de los Cielos, pues el reino de Dios no es algo visible a la simple vista de los ojos humanos, pero se encuentra ahí, y se manifestará en todo su esplendor en el final de los tiempos. Porque el reino de Dios no es algo visible, las personas prefieren invertir su tiempo, sus fuerzas y sus recursos en algo que sí es visible, como lo son: su preparación académica, su carrera, su trabajo, su familia, o incluso sus pasatiempos o cualquier otra cosa antes que ir a la iglesia, o a una reunión de oración, o a una actividad misionera. La causa de todas estas cosas es debido a que la vista de los hombres está distorsionada, pues no ven las cosas como realmente son, valoran más lo temporal que lo eterno, valoran lo terrenal más que lo espiritual, valoran la opinión de los hombres por encima de la de Dios.

En contraste a las personas inconversas, los creyentes no deben caminar o vivir por lo que ven sino por lo que creen, tal como lo afirma el apóstol Pablo: “Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” 2 Corintios 5:7 NTV. Ningún creyente ha visto físicamente la manifestación del Reino de los Cielos, en esto incluye a los discípulos de Cristo. Pero a pesar de que no hemos visto esta manifestación, tenemos la certeza de que es algo real y que se manifestará en todo su esplendor en el final de los tiempos. Esta certeza la tenemos por que creemos lo que dicen las Escrituras sobre él, y en las mismas palabras anunciadas por nuestro Señor acerca de su Reino venidero. Pero por supuesto que tampoco hemos visto a Jesucristo, pero nuestra confianza férrea permanece en Él, porque tenemos la certeza de que es real y le veremos cuando Él nos lleve finalmente a su presencia.

Si hemos aceptado a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador, ya no tenemos que vivir por lo que nosotros podemos ver, sino por lo que no podemos ver. Debemos vivir por lo que hemos creído, por eso tenemos que apreciar más las cosas espirituales antes que las cosas materiales. Anhelar ir a la iglesia, a una reunión de oración, a un estudio Bíblico, a una salida evangelística o misionera, todo esto nos acerca más y más a ver la manifestación del Reino de los Cielos y no esperar a esa manifestación en el final de los tiempos. El Reino de Dios es real, y está en completa disposición para todas las personas que estén dispuestos a vivir por lo que creen antes que vivir por lo que sus ojos puedan ver. Porque vivir por fe marca la diferencia.