DELEITÉMONOS EN TODA LA ESCRITURA

DELEITÉMONOS EN TODA LA ESCRITURA.

Ningún pasaje de las Sagradas Escrituras se encuentra aislado de los otros pasajes de la Biblia. Todos se encuentran íntimamente conectados entre sí. Comenzando con el primer versículo de Génesis y terminando con el último versículo del libro de Apocalipsis forman un solo mensaje de Dios para toda la humanidad, por eso es importante que todos los que aceptan formar parte de la familia de Dios, escudriñen el mensaje completo y no solo una parte de ella, pues cada porción de las Escrituras tiene un mensaje de parte de Dios para que los hijos de Dios lo apliquen en sus vidas cotidianas. Teniendo en cuenta todo esto, es importante conocer el pacto que Dios estableció con el pueblo hebreo, pero no solo con la generación de Moisés, sino con todas las generaciones venideras del pueblo hebreo, tal como lo manifiesta el fiel siervo de Dios: “El SEÑOR nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en el monte Sinaí.  El SEÑOR no hizo ese pacto con nuestros antepasados sino con nosotros, los que vivimos hoy. En el monte, el SEÑOR te habló cara a cara desde en medio del fuego.” Deuteronomio 5:2-4 NTV.

Por medio de este pacto, todas las generaciones presentes y futuras del pueblo hebreo se convirtieron en una nación exclusiva del Dios viviente. Gracias al establecimiento de este pacto, el pueblo disfrutó de todas las dadivas divinas, y no solo eso, sino que también disfrutó de su protección y cuidado de toda amenaza maligna. Tal como Dios hizo un pacto con el pueblo hebreo, también lo hizo con todos los pueblos del mundo cuando envió a su amado Hijo a morir en la cruz del calvario por los pecados del mundo. Este pacto es sellado cuando la persona reconoce sus pecados, se arrepiente de ellos y los confiesa a Cristo Jesús, aceptándolo así, como su Señor y Salvador de su vida. Tras esta declaración de fe, inmediatamente la persona pasa a ser un nuevo integrante de la familia de Dios. Uno más de Sus hijos que va a disfrutar de Su amor, generosidad, protección y cuidado de toda asechanza maligna.

Gracias a la conexión que tienen todos los pasajes de las Sagradas Escrituras, sabemos que Dios no hizo un pacto con un solo pueblo, sino que lo hizo con todos los pueblos del mundo, pero en diferentes periodos de la historia humana, para que así toda la humanidad pueda disfrutar de su amor, generosidad, protección y cuidado. Por eso es importante que escudriñemos toda la Escritura y no solo una porción de ella, pues así alcanzaremos el conocimiento de la voluntad de Dios para nuestras vidas. Además, en toda la Escritura hallaremos consejos importantes y prácticos para nuestra vida cristiana, también será nuestra valla de contención para no ceder a los deseos de nuestra vieja naturaleza. Por eso y más, hagamos de toda la Escritura nuestro deleite de cada día.