VIGILANTES DE LA VIDA ESPIRITUAL
VIGILANTES DE LA VIDA ESPIRITUAL.
EZEQUIEL 3:16 Después de siete días, el SEÑOR me dio el siguiente mensaje: 17 Hijo de hombre, te he puesto como centinela para Israel. Cada vez que recibas un mensaje mío, adviértele a la gente de inmediato. 18 Si les aviso a los perversos: “Ustedes están bajo pena de muerte”, pero tú no les das la advertencia, ellos morirán en sus pecados; y yo te haré responsable de su muerte. 19 Si tú les adviertes, pero ellos se niegan a arrepentirse y siguen pecando, morirán en sus pecados; pero tú te habrás salvado porque me obedeciste. NTV.
Los oficiales de policía, siempre están atentos y vigilantes para que no se infrinjan ninguna de las leyes del estado. Si observan que alguien está quebrantando alguna de ellas, se acercan rápidamente al infractor para amonestarlo y si persiste en ellos, los oficiales tienen la potestad y la autoridad para encarcelar al infractor. De la misma forma que las naciones del mundo tienen oficiales para que vigilen el cumplimiento de las leyes del estado y amonestar a los infractores, el eterno Creador ha elegido a sus escogidos para que vigilen la conducta y el comportamiento de la sociedad humana. Y no solo para que las vigilen, sino también para que les adviertan de las consecuencias que les pueden acarrear la práctica de la maldad y pecado, y así no vayan a la condenación eterna.
El eterno Creador, le dio al profeta Ezequiel la enorme y dura tarea de ser el vigilante de la vida espiritual de los judíos que se encontraban viviendo, cautivos en las tierras del imperio babilonio. Esta tarea encomendada al profeta, no iba a ser para nada fácil, ya que el pueblo era rebelde y desobediente, no le gustaba escuchar el mensaje, ni las advertencias de Dios. Pese al cautiverio, ellos seguían siendo duros de corazón, no habían aprendido la lección de las consecuencias de desobedecer los mandatos de Dios. Al igual que el pueblo cautivo de Judá, en la actualidad, las personas pese a conocer las consecuencias que acarrea el pecado, no están dispuestos a cambiar de vida, no les importa si son condenados o no por el Señor. Ellos prefieren vivir satisfaciendo a los deseos de su naturaleza carnal, antes que vivir bajo la voluntad del Señor.
Como vigilante de la vida espiritual del pueblo, Ezequiel debía estar atento a la vida de cada uno de sus compatriotas, para amonestar de inmediato si alguno de ellos cometía alguna falta delante de Dios. Si el profeta, sabiendo el pecado de sus compatriotas, y no les amonestaba de inmediato, ellos morirían en sus pecados, pero el eterno Creador, haría responsable al profeta de la condenación del alma de sus compatriotas. Pero si el profeta les amonestaba en el momento preciso, y ellos se negaban a arrepentirse, y seguían viviendo en el pecado, ellos morirían en sus pecados; pero el profeta se salvaría de ser el responsable de la condenación eterna del alma de sus compatriotas.
Sin duda, la tarea encomendada al profeta Ezequiel, no era opcional, él tenía el deber de advertir a los que transgredían los mandatos de Dios, ya que si no lo hacía, el sería culpado de la condenación del alma de sus compatriotas. La misma tarea encomendada al profeta Ezequiel, la encomendó Cristo Jesús a sus seguidores antes de partir de este mundo a la presencia de su Padre. Los creyentes tienen la responsabilidad de ser los vigilantes de la vida espiritual de las personas que se encuentran a su alrededor, ya sean sus familiares, vecinos, compañeros o amigos. Tienen que compartirles el mensaje que puede rescatarles de la condenación eterna, ya que si no lo hacen, y mueren en sus pecados, el creyente que no les compartió el evangelio, será culpable de la condenación del alma de ellos.
Queridos hermanos. Las personas en el mundo están muriendo sin conocer las buenas nuevas de nuestro amado Señor, están yéndose a la condenación eterna. Dios nos llamó para que seamos instrumentos que lleven su mensaje a las personas que mueren sin conocer el evangelio. Si no cumplimos bien el llamado de Dios, la sangre de ellos nos demandará cuando estemos en la presencia de Dios. Hermanos. Si no queremos ser culpables de la condenación del alma de las personas que están a nuestro alrededor, compartamos diligentemente el evangelio de nuestro Señor con ellos. Advirtamos a nuestros familiares, vecinos, compañeros o amigos de las consecuencias que acarrea la maldad y el pecado. Ante la obstinación que puedan mostrar, no nos rindamos de compartirles el mensaje que puede rescatar el alma de la condenación eterna.
… [Trackback]
[…] Information on that Topic: jesusislife.net/2023/07/13/vigilantes-de-la-vida-espiritual/ […]
… [Trackback]
[…] Info on that Topic: jesusislife.net/2023/07/13/vigilantes-de-la-vida-espiritual/ […]