NEGAR A JESÚS

NEGAR A JESÚS

Por lo común, los creyentes suelen pensar que negar a Jesús, es no reconocer públicamente que es un seguidor de Jesucristo, por su puesto que esto es así, pero no es la única forma en que los creyentes pueden negar a su Señor delante de los hombres, pues existen varias maneras como el creyente puede negar a Jesús como su Señor y Salvador. Mateo, uno de los discípulos de Cristo, en su evangelio, registró las siguientes palabras de advertencia de Jesús en contra de los creyentes que le nieguen delante de los hombres: “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 10:33 RVR 1960.

Intencionalmente o no, posiblemente todos hayamos negado a Jesucristo en algún momento de nuestra vida cristiana, pues negar a Cristo, no es sólo negar ser uno de sus seguidores, pues negarlo va más allá. Es rendirle culto y adoración de dientes para afuera durante el servicio religioso del domingo, y llevar una vida impía durante la semana, es no obedecer a su palabra, es no compartir a otras personas su mensaje de salvación, es no vivir en conformidad a los parámetros establecidos en las Sagradas Escrituras. Negarlo también es, no reflejar el carácter de Cristo delante de los hombres. Y así, podemos ir citando muchas maneras en cómo podemos negar a Cristo Jesús en nuestras vidas.

El Señor nos advierte que si lo negamos de cualquier manera delante de los hombres, él también nos negará delante de su Padre. Y ¿Qué significa esto de que el Señor nos negará? Significa que el Señor delante de su Padre, le dirá que no nos conoce, que no hemos hallado la justificación de nuestros pecados y que no somos aptos para entrar en su presencia a vivir eternamente con Él. Para no ser sorprendidos en el día del juicio con la negación de Cristo de conocernos, como cristianos, debemos tener cuidado de que nuestra vida impía no niegue a aquel que con nuestros labios reclamamos como nuestro. Nuestra vida, es un testimonio delante de los hombres, que puede acercar a ellos a los pies de Cristo o alejarlos. Por eso, debemos llevar una vida de testimonio que proclame constantemente a Cristo Jesús en nuestras vidas.