EL JUICIO SOBRE EL PECADO, ESTA DECIDIDO.

EL JUICIO SOBRE EL PECADO, ESTA DECIDIDO.

JEREMÍAS 4:3 Esto dice el SEÑOR a la gente de Judá y de Jerusalén: ¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones! No desperdicien la buena semilla entre los espinos. 4 Oh, habitantes de Judá y de Jerusalén renuncien a su orgullo y a su poder. Cambien la actitud del corazón ante el SEÑOR, o mi enojo arderá como fuego insaciable debido a todos sus pecados. 18 Tus propios hechos han traído todo esto sobre ti. Este castigo es amargo, ¡te penetra hasta el corazón!” 28 La tierra estará de luto y los cielos serán tapizados de negro a causa de la sentencia que pronuncié contra mi pueblo. Lo he decidido y no lo cambiaré. NTV.

En el presente, millares de personas viven tranquilas practicando toda clase de malas acciones repudiadas por el Señor. Estas personas comúnmente piensan que si no creen en la existencia de un ser divino, la prácticas de sus acciones perversas no tendrán repercusiones en sus vidas. Pues si no creen en Dios, nadie podrá juzgarles por sus acciones. Erróneamente las personas podrán afirmar que no existe Dios, pero esto no implica que Dios, va pasar por alto todas las cosas perversas que hayan cometido estas personas. Dios, no solo es Dios de las personas que reconocen su existencia, sino que Él es el Dios de toda la humanidad y de toda la creación. Una persona pese a que niegue la existencia de Dios, no va poder escapar de Sus justos juicios, ya que, en el final de los tiempos, toda la humanidad será juzgada de acuerdo a sus acciones, unos para vida eterna y otros para el castigo eterno.

El juicio de Dios sobre la maldad y el pecado, ya ha sido decretado por el Señor, y este decreto no será cambiado, o modificado, aunque pase otros miles de años. Este decreto permanecerá tal cual como fue decretado por el Señor en un principio, y lo ejecutará a su debido tiempo en un futuro no tan lejano. Dios no es injusto para ejecutar su juicio sobre las personas, más bien es paciente y da oportunidades para que las personas cambien de actitud. Él, en Su amor y misericordia, envía advertencias una y otra vez por medio de sus siervos, para que la humanidad recapacite de sus acciones y alcancen la salvación de sus almas.

En el pasado, el Señor estaba a punto de decretar su juicio sobre el pueblo judío, por eso, antes de ejecutar su juicio sobre el pueblo, envió a Jeremías, para que les advierta sobre este juicio venidero. El Señor por medio del profeta, pidió al pueblo que pasaran el arado por el terreno endurecido de sus corazones, y la emblandecieran para que la semilla de Su palabra eche raíces. El Señor anhelaba que Su palabra, germinara en el corazón de su pueblo escogido y produjera frutos de amor, bondad, misericordia, justicia y obediencia. El profeta también les pidió a sus compatriotas que renunciaran a su orgullo y a su poder. Que cambiaran la actitud del corazón ante el SEÑOR, pues si no lo hacían, el enojo del Señor ardería como fuego insaciable debido a todos sus pecados.

Además, el profeta les dijo, que el castigo venidero sobre la nación sería tan amargo que les penetraría hasta el corazón. Que, en aquel día, la tierra se vestiría de luto y los cielos serían tapizados de negro. Y todo esto sucedería como consecuencias a sus malas acciones y sus rebeliones contra el Señor. Jeremías les afirmó que esta sentencia ya ha sido dada por el Señor y que Él, no cambiaría de parecer si ellos no atendían las advertencias que se les fueron dadas. El Señor a pesar de la rebeldía de Judá, les dio una nueva oportunidad para que puedan hallar la salvación.

Queridos hermanos. Dios en su amor y misericordia, por medio de sus siervos, advierte y da oportunidades a los hombres para que se arrepientan de sus pecados, pero si los hombres rechazan voluntariamente esas oportunidades, a Dios no le temblará la mano para ejecutar su juicio que fue decretado hace miles de años atrás sobre la maldad y el pecado. Dios en su justicia, repudia el pecado y no dará un paso atrás para dejar sin castigo a todo aquel que no se arrepienta de sus acciones perversas. Hermano. ¿Si usted, a pesar de haber aceptado a Cristo como su Señor y Salvador, sigue viviendo bajo el dominio del pecado, a Dios no le temblará la mano para ejecutar su juicio sobre usted? No deje que la ira de Dios lo atrape, arrepiéntase de su mal proceder y vuelva al camino de la verdad y la justicia, vuelva a los caminos de la salvación y la vida eterna.