LOS CORRECTIVOS DEL SEÑOR

LOS CORRECTIVOS DEL SEÑOR.

ISAÍAS 27:7 ¿Ha golpeado el SEÑOR a Israel como golpeaba a sus enemigos? ¿Lo ha castigado como los castigaba a ellos? 8 No, pero desterró a Israel para que rindiera cuentas; quedó desterrado de su tierra, como si hubiera sido arrasado por una tormenta del oriente. 9 El SEÑOR lo hizo para purificar a Israel de su perversidad; para quitarle todo su pecado. Como resultado, todos los altares paganos serán reducidos a polvo… NTV.

En la breve historia de este mundo, los hijos de Dios, no siempre experimentan días de gloria, victoria o prosperidad. En su lugar, con regularidad experimentan días difíciles y complicados. ¿Si Dios es Quien envía los días gloriosos y los días difíciles a la humanidad?, ¿Será que Dios trata a sus hijos de la misma manera que trata a los que no son sus hijos? De ninguna manera. Aunque a los ojos no espirituales pareciese que Dios trata de la misma manera a toda la humanidad. No es así, Dios trata de diferente manera a todos sus hijos pese a que cometan las mismas faltas o los mismos pecados que las personas inconversas.

Ante la constante rebeldía del pueblo hebreo, Dios envió un castigo severo. Un castigo que asemejaba al castigo que había enviado sobre las naciones paganas. Ante esta similitud de castigos, el pueblo de Israel, al igual que los otros pueblos paganos, podrían llegar a pensar que seguir a Dios, no tenía ninguna clase de ventaja, con esos pensamientos el pueblo hebreo corría el peligro de reusar a volver su mirada a Su Creador. Para que esto no ocurriera, el profeta Isaías hace una diferencia entre los castigos que envía Dios a su pueblo y los castigos que envía sobre los pueblos paganos. El profeta recalca que la diferencia está en los motivos de los castigos.

Tras el castigo Divino, el pueblo hebreo quedó desterrado de su tierra, como si hubiera sido arrasado por una tormenta del oriente. Este castigo no fue con las intenciones de exterminarlos completamente de la faz de la tierra, como si lo había hecho con los pueblos paganos. El Señor desterró a Israel de sus tierras para que rindiera cuentas de sus acciones perversas. El Señor desterró a su pueblo para purificarlo de su perversidad; para quitarle todo su pecado. Israel al realizar sacrificios a los dioses paganos, había contaminado todo su territorio, por eso el territorio necesitaba ser purificado. La tierra necesitaba que todos los altares y postes que los hebreos habían edificado a los dioses paganos sean destruidos completamente. Dios a través de un gran remesón, purificaría la tierra que había entregado como posesión perpetua a su pueblo elegido.

Con el destierro del pueblo hebreo, el Señor no solo purificaría el territorio de la idolatría, sino que también llevaría al pueblo al arrepentimiento, lo llevaría a Su palabra y a Sus promesas de perdón. Dios quería que su pueblo volviera a Él, para que no corrieran con la misma suerte que los pueblos paganos, los cuales fueron aniquilados completamente de la faz de este mundo. Dios a pesar de las constantes rebeliones e idolatría de su pueblo, estaba dispuesto a perdonar todos sus pecados y restaurar la relación que había sido rota. La disciplina que Dios envió sobre su pueblo del Antiguo Testamento fue parte de su misericordioso plan. El Nuevo Testamento estaría todavía sin escribirse si Dios no hubiera aleccionado a su pueblo infiel y hubiera regresado un remanente. La corrección que de vez en cuando descarga Dios sobre sus hijos, es con el propósito de que sus hijos no se pierdan completamente, sino que se aparten del mal camino y vuelvan a Su camino el cual conduce a la salvación y la vida eterna.

Queridos hermanos. El eterno Creador al momento de enviar una corrección sobre su pueblo rebelde, midió las aflicciones que Israel podría resistir; mediante esta aflicción medida, el Creador procuraba llevar a su pueblo al arrepentimiento y no tengan que sufrir como los paganos. Dios a través del correctivo, nunca pretendió abrumar a su pueblo, solo quería que ellos volviesen al camino que les había mostrado por medio de los profetas. Las dificultades enviadas por el Señor, nunca sobrepasan lo que sus seguidores pueden soportar y nunca serán tan intensas que los fieles de Dios se sientan motivados a alejarse de su gracia y misericordia. Hermanos. Dios en su misericordia no desea que sus hijos vayan a la condenación eterna, por eso, al instante de que sus hijos empiecen a descarriarse del camino de la salvación, envía los correctivos necesarios para que vuelvan a sus caminos. Si usted está atravesando una aflicción, analice si es un llamado de atención de parte del Señor, Si es así, arrepiéntase de su pecado y pídale que perdone sus faltas.