SEA UN HIJO ENTENDIDO

SEA UN HIJO ENTENDIDO.

PROVERBIOS 17:10 Es más efectivo un solo regaño al que tiene entendimiento que cien latigazos en la espalda del necio. 21 Los padres de un necio sufren; no hay alegría para el padre de un rebelde. 25 Los hijos necios traen dolor a su padre y amargura a la que los dio a luz. NTV.

Una de las peores tristezas en la vida de los padres es tener un hijo que no causa más que pesadumbre, amargura y dolor de cabeza. Por lo general, este comportamiento ocurre cuando los hijos entran a la etapa de la adolescencia y termina cuando llegan a la juventud, pero en algunos casos, este comportamiento se extiende por más tiempo. En esta etapa, cualquier consejo o reprensión no es bien recibida, por lo contrario, se ponen a la defensiva, y hacen todo lo contrario de lo que los padres les aconsejan. En muchos casos, la rebeldía o la testarudez sobrepasa cualquier disciplina aplicada, deshonrando con esta clase de comportamiento a sus padres.

A pesar de que a nadie le gusta ser corregido por algo que haya hecho mal, un hombre de entendimiento apreciará la corrección y aprenderá de esto más de lo que un insensato aprenderá de cien azotes en la espalda. Normalmente, las personas sensibles no necesitan formas duras de disciplina, pues un ligero reproche le basta para hacerle cambiar su conducta equivocada; ama la verdad, y quiere a toda costa conducir su vida conforme a ella. Pero los insensibles e indiferentes requieren el tratamiento de la vara. Les cuesta reconocer que se hayan equivocado, ya que están entregados a la maldad y están esclavizados por sus vicios, que únicamente el castigo corporal le puede apartar del mal camino, y no por mucho tiempo.

Los padres al ver que sus hijos se han apartado del buen camino y andan por malos pasos con malas compañías, sufren y no tienen ninguna alegría. Sus corazones constantemente se encuentran angustiados, al pensar que sus hijos en cualquier momento se puedan meter en problemas muy grabes de las cuales no puedan salir bien librados. Este es una dura realidad que sufren muchos padres cuando sus hijos se rebelan contra la autoridad que Dios les ha dado. Los padres no solo sufren por la rebeldía de sus hijos, sino que también se llenan de dolor y amargura, al saber que sus hijos desprecian todo lo que han hecho por ellos a lo largo de sus vidas, incluso el haberles dado la vida.

En la actualidad, muchos hijos insensatos no toman en cuenta todo lo que sus padres hacen por ellos, no toman en cuenta el arduo trabajo que han hecho para sacarlos adelante. Al no valorar el sacrificio que han hecho sus padres, fácilmente se rebelan contra su autoridad, no les importa si con sus acciones provocan dolor y llanto a sus padres. Provocar dolor, amargura y llanto a los padres, es algo que Dios reprocha y lo condena con pena de muerte: “Por ejemplo, Dios dice: “Honra a tu padre y a tu madre” y “Cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”” Mateo 15:4. Si esta condena de muerte, es solo por hablar irrespetuosamente a los padres, mucho mayor será la condena que Dios dará a los hijos insensatos que con su rebeldía provoquen dolor y llanto a sus padres.

Queridos hermanos. ¿Qué necesitamos para llevar una vida de obediencia a nuestro Padre celestial? ¿Somos entendidos o necios? Si somos entendidos, un pequeño jalón de orejas nos bastará para empezar a vivir bajo la voluntad del Señor, cumpliendo y obedeciendo Su bendita palabra. Pero si somos necios, ni con cien latigazos escucharemos las advertencias que el Señor nos da para no condenarnos en el día de su ira. Hermanos. Cuando nosotros no vivimos en conformidad a la voluntad de nuestro amado Padre Celestial, le causamos dolor y amargura, tal como los hijos terrenales causan dolor y amargura a sus padres terrenales cuando no atienden a sus consejos. Ya no seamos unos hijos necios, escuchemos la voz del Espíritu Santo que mora en nuestro interior, y empecemos a vivir en obediencia a cada una de las instrucciones dadas por nuestro amado Padre Celestial en Su bendita palabra.