NUESTRA SALVACIÓN DESCANSA EN CRISTO

NUESTRA SALVACIÓN DESCANSA EN CRISTO.

Seguramente cada uno de nosotros tenemos a una persona famosa a quien admiramos y a quien quisiéramos conocer. Esta persona famosa puede ser: un escritor, un pintor, un actor, un cantante, un deportista, o un Pastor. Y si un amigo de nosotros, conociese a esa persona que admiramos, le pediríamos con insistencia que nos presente para conocerlo y poder entablar una posible amistad. Si nosotros quisiéramos entablar una estrecha relación de amistad con Dios, tenemos a Su amado Hijo cerca de nosotros. Él nos puede ayudar para que estrechemos nuestra relación con Dios, esto lo afirma el escritor de la carta a los Hebreos: “Jesús puede salvar para siempre a los que, por medio de él, quieren ser amigos de Dios. Pues vive eternamente, y siempre está pidiendo a Dios por ellos.” Hebreos 7:25. TLA.

Solo por medio de Jesucristo, un cristiano puede acercarse a la presencia de Dios para entablar una amistad con Él, ya que Jesús tiene el poder para salvarlo del pecado. El cristiano a pesar de haber aceptado a Cristo Jesús como su Señor y Salvador, no está exento de caer en el poder del pecado, por eso, necesita a Jesús para que lo salve. Cristo es el abogado de todos los que quieren ser amigos de Dios, el mediador entre los cristianos y Dios. El Señor cuida de los intereses de sus seguidores e intercede por ellos ante Dios. El sumo sacerdote del Antiguo Testamento se presentaba delante de Dios una sola vez al año para interceder por el perdón de los pecados de la nación hebrea; Cristo intercede por sus seguidores, delante de Dios, de modo permanente.

La seguridad eterna del creyente, descansa en que Jesucristo está a la diestra de su Padre en el cielo, asegurando de esa forma que los pecados de sus seguidores han sido pagados y perdonados. Esa maravillosa seguridad les libera de la condenación y del temor a fracasar en su diario caminar en la senda de la salvación y la vida eterna. Nadie puede añadir a la obra salvadora que Jesucristo hizo por sus seguidores. Gracias a Cristo, nosotros podemos entablar una estrecha amistad con Dios, porque nuestros pecados pasados, presentes y futuros han sido perdonados por Su obra redentora. Nuestra seguridad de salvación descansa en que Jesucristo está a la diestra de su Padre en el cielo, intercediendo perpetuamente por cada uno de nosotros.