ENTREGUE SUS CARGAS AL SEÑOR

ENTREGUE SUS CARGAS AL SEÑOR

Llevar encima una carga es difícil, pues nos impide avanzar y movilizarnos con total libertad. Sin pensar, la mayoría de nosotros, caminamos día tras día por las calles llevando una enorme carga encima. Estas cargas que llevamos, no son cargas físicas de las cuales nos podemos desprender con facilidad, más bien, nuestras cargas son emocionales. A la mayoría, nos cuesta liberarnos de nuestras emociones negativas, por eso, las vamos acumulando cada día, pero llegará un día en el cual ya no soportaremos tanto peso, y nos derrumbaremos. El salmista nos da el siguiente consejo para que no andemos con una enorme carga encima: “Entrégale tus cargas al SEÑOR, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan. Salmos 55:22 NTV.

La adversidad, el afán, el rencor, el odio y la preocupación; son algunas de las muchas cargas emocionales que van acumulando las personas a lo largo de su vida. Estas emociones impiden que las personas se desenvuelvan con total libertad y disfruten de la vida. El salmista había experimentado lo duro que era llevar una carga encima, por eso, aconseja a sus lectores a que entreguen sus cargas al Señor para que encuentren así la libertad. David antes de entregar su carga al Señor, anduvo preocupado y angustiado por las constantes persecuciones de sus enemigos, pero encontró la libertad cuando puso todas sus cargas en las manos del Señor.

El Señor tiene el poder para dar libertad a todas las personas que andan cansadas de llevar enormes cargas encima, pero hay algunas personas que en vez de entregar esas cargas al Señor y liberarse, no confían en su poder para liberarles y prefieren seguir con sus cargas encima, confiando en sus propias fuerzas para sostenerse y seguir adelante con sus vidas. El que entregue sus cargas al Señor, encontrará la paz y la libertad, podrá disfrutar de la vida plena ya que el Señor le cuidará y no permitirá que los que en Él confían tropiecen y caigan.

Aquel que una vez llevó el peso de nuestros pecados y tristezas, con su muerte y resurrección, tiene también el poder para llevar de una vez y para siempre la carga de nuestros problemas. Con esta confianza, acerquémonos confiadamente al Señor, y pongamos en sus manos todas las cargas que nos han afligido por muchos años, solo así encontraremos la libertad para poder disfrutar de una íntima relación con Él.