EL SEÑOR LA FUENTE DE TODA ALEGRÍA

EL SEÑOR LA FUENTE DE TODA ALEGRÍA.

SALMOS 43:3 Envía tu luz y tu verdad, que ellas me guíen. Que me lleven a tu monte santo, al lugar donde vives. 4 Allí iré al altar de Dios, a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría. Te alabaré con mi arpa, ¡oh Dios, mi Dios! NTV.

No hay un lugar mejor que el hogar, en esto reflexionan las personas que por algún motivo han tenido que abandonar su hogar. Estos sentimientos son más frecuentes cuando en el lugar que se encuentran no están cómodos, ya sea porque el lugar que están, no era como se lo imaginaban, o también porque desde el momento que llegaron a ese lugar, solo han encontrado penalidades. Con estos sentimientos encontrados, anhelan volver a sus lugares de origen junto a sus familiares. El salmista se encontraba lejos de su casa, no por su propia voluntad, sino porque escapaba de sus enemigos. Al estar lejos por mucho tiempo de su morada, anhelaba pronto volver a ella junto a su familia y glorificar a su Creador en el santuario de Jerusalén.

El salmista al estar lejos de su patria, anhelaba con todo su corazón pronto volver a ella, para rendir sacrificio y adoración a Dios, por eso extendió su clamor al Señor para que le envíe su luz y su verdad, y así le guíen en su camino de regreso al santo monte de Dios, el lugar de su morada terrenal. En la época del Antiguo Testamento, el Tabernáculo de Jerusalén era el lugar más apreciado para el pueblo hebreo, ya que, en ese lugar, el eterno Creador manifestaba su presencia. Al igual en el Tabernáculo, se realizaban los sacrificios y muchas de las celebraciones religiosas más importantes ordenadas por el Señor. El salmista al estar aislado a causa de su persecución se sentía privado de participar en algunas de las partes más significativas e importantes de la adoración a Dios. Por esa razón, anhelaba intensamente llegar a Jerusalén y al Tabernáculo de su Creador.

El salmista al estar lejos del Tabernáculo de Dios, había perdido el gozo de presentar su sacrificio al Creador, por eso anhelaba pronto estar en el tabernáculo, en el altar de Dios y presentar su sacrificio de gratitud y recobrar su gozo, porque su creador era la fuente de su alegría. Dar gracias a Dios, y estar en su presencia, es el gozo más profundo que el ser humano puede experimentar. En el pasado esta experiencia la adquirían al estar en el tabernáculo de Dios, la cual se encontraba en la ciudad de Jerusalén, pero en la actualidad este gozo no está limitada a una ciudad ni a un edificio. Este gozo se puede experimentar en cualquier lugar donde se busque de todo corazón el rostro de Dios para rendirle gratitud por toda su benevolencia. Solo Dios puede llenar el vacío de un corazón triste y agobiado a causa de sus aflicciones, lo puede llenar con júbilo y alegría, pues el És la fuente de toda alegría.

El salmista estaba exiliado de su patria, pero anhelaba pronto volver a alabar y glorificar el Santo Nombre de su Creador con su arpa. El salmista por su exilio no podía alabar con libertad a Dios en su tabernáculo. En la actualidad, en algunos países del mundo, no tienen libertad para alabar y glorificar al Señor. En esos países al igual que el salmista, muchos cristianos anhelan de todo corazón alabar y glorificar al Señor con total libertad. Encontrar el gozo y el regocijo en su presencia al rendirle un sacrificio de adoración.

Queridos hermanos, el salmista al estar exiliado de su patria, anhelaba la presencia de Dios en su vida, para que le guie al lugar de su monte Santo, al lugar de su morada para rendirle sacrificio y adoración. Quería gozarse en la presencia del Señor, rindiéndole cánticos y alabanzas en honor a su Santo nombre. El gozo y la alegría solo se puede experimentar al rendir adoración a Dios a través de cánticos y alabanzas. Hermanos, nosotros que tenemos la libertad para rendir adoración al Señor, gocemos y regocijémonos, alabando y glorificando el santo nombre de nuestro Señor a través de cánticos y alabanzas, porque nuestro Señor es la fuente de nuestra alegría.