PREDICAR CON EL EJEMPLO

1 CRÓNICAS 29. PREDICAR CON EL EJEMPLO.

2 … he reunido todo lo que pude para construir el templo de mi Dios. Así que hay suficiente… 3 Ahora, debido a la devoción que tengo por el templo de mi Dios, entrego todos mis propios tesoros de oro y de plata para ayudar en la construcción… 5 … Ahora bien, ¿quiénes de ustedes seguirán mi ejemplo y hoy darán ofrendas al SEÑOR?. 6 Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los generales y capitanes del ejército y los funcionarios administrativos del rey, todos ofrendaron voluntariamente. NTV.

Desde el momento que asumió el trono de Israel, David anheló construir una morada digna para el eterno Creador. Un lugar donde descansaría el Arca del pacto y todos los muebles, utensilios y símbolos religiosos de su pueblo. Él monarca, anhelaba que el templo de Dios en Jerusalén, sea algo majestuoso, digno de un Rey Soberano. Con ese propósito había reunido grandes cantidades de: oro, plata, bronce, hierro y madera, al igual que grandes cantidades de ónice y otras joyas costosas, y todo tipo de piedras finas y mármol. David en presencia de todo el pueblo hebreo. entrego los materiales que había logrado reunir para que su hijo con el apoyo del pueblo lograse construir el templo a su amado Dios.

David no tenía el conocimiento, de lo que había logrado reunir iba a ser suficiente para concluir la construcción, por eso, para que la construcción no quede en medio camino, decidió dar una parte de su riqueza para esta obra. David había hecho suficiente recolectando los materiales para la construcción del templo, pero su corazón no estaba conforme con lo que había hecho, por eso, libre y voluntariamente decidió desprenderse de su fortuna por su profundo amor a su eterno Creador. La mayoría de personas se conforman con dar lo mínimo para la obra de Dios, no les gusta desprenderse de sus riquezas. Pero David no se conformaba con lo mínimo, entendía que todo le pertenece a Dios y por eso estaba dispuesto a desprenderse de sus riquezas para que la obra de Dios no quedara inconclusa.

En el antiguo Cercano Oriente, la fortuna personal de un gobernador era su protección contra el desastre y las calamidades. Era una seguridad financiera, en caso de que la guerra o la intriga lo despojaran del trono. Pero a David no le importaba el porvenir, ni las riquezas, pues tenía la certeza de que Dios no lo iba a dejar en el olvido, sino que, nuevamente iba derramar de sus bendiciones. David al entregar su riqueza puso su vida y su seguridad en las manos de Dios. Esta fue una manera de expresar con hechos la confianza que David siempre había afirmado en su Señor. La fe es la voluntad de abandonar todas las garantías terrenales y confiar solamente en Dios.

David al contribuir públicamente para la construcción del templo, esperaba que los principales lideres de su reino siguieran su ejemplo y ofrendaran para la construcción. Por eso les preguntó: ¿Quiénes más ofrecen dar para la construcción del templo de Dios? David a través de esta pregunta esperaba que los líderes del pueblo tuvieran el mismo deseo de servir a Dios como él. Los líderes mostraron una actitud correcta y decidieron seguir el ejemplo de David, tanto los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los generales y capitanes del ejército y los funcionarios administrativos del rey, todos ofrendaron voluntariamente.

Queridos hermanos, David tenía el anhelo de que la obra del Señor no quedara inconclusa, por eso, a pesar de que ya había reunido una gran cantidad de riquezas para la construcción del templo, quiso asegurarse de que la obra se concluyera, por eso dono una parte de su riqueza para esta obra. Con este ejemplo, ínsito a los lideres del pueblo para que ellos también participasen de la obra con sus ofrendas voluntarias. Hermanos, nuestras acciones cuentan, por eso si anhelamos que los miembros de nuestra congregación, sean generosos con la obra de Dios, nosotros debemos darles el ejemplo, seamos generosos, compartamos los recursos que Dios ha puesto en nuestras manos y ofrendemos para la obra de nuestro amado Señor.