LAS PALABRAS VACÍAS
LAS PALABRAS VACÍAS
2 Timoteo:16 Evita las conversaciones inútiles y necias, que sólo llevan a una conducta cada vez más mundana. 17 Este tipo de conversaciones se extienden como el cáncer, así como en el caso de Himeneo y Fileto. 18 Ellos han abandonado el camino de la verdad al afirmar que la resurrección de los muertos ya ocurrió; de esa manera, desviaron de la fe a algunas personas.
En la era de la información instantánea y las redes sociales, es fácil caer en debates y discusiones sobre temas que no tienen sentido. Al enfrascarse en estas conversaciones vacías, no solo se pierde el tiempo, sino que se puede romper amistades y quedarse como enemigos. Esta clase de comportamiento no es adecuado para los que han aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador ya que este comportamiento es propia del mundo. Las Sagradas Escrituras compara este tipo de conversaciones como un cáncer que se extiende, envenenando no solo a quien las escucha, sino a la comunidad entera. Por ejemplo: conversar de alguna pequeña mentira o una teoría de conspiración, no tiene sentido, pero esta conversación puede propaga rápidamente en un grupo de chat y provocar un pánico en la población. A menudo, estas ideas nacen de la ignorancia o la malicia, pero una vez que se arraigan, son difíciles de erradicar.
En los tiempos del apóstol Pablo, surgió una conversación acerca del regreso de Jesucristo y la resurrección de los muertos. Algunos falsos maestros en sus enseñanzas afirmaban que ya se había dado la resurrección. Algunos creyentes aceptaron estas enseñanzas como verdaderas y empezaron a compartir a otros. De esta manera la verdad se distorsionó, y la fe de los creyentes en las verdades predicadas por Pablo y los otros discípulos de Cristo quedó en segundo plano. Como resultado de estas conversaciones sin sentido, algunos creyentes abandonaron el verdadero evangelio y se desviaron de la verda como fue el caso de Himeneo y Fileto. Estos hombres habían creído en el evangelio pero al escuchar las nuevas enseñanzas de los falsos maestros, la abrazaron y empezaron a compartir estas enseñanzas entre el pueblo. Ellos enseñaban sobre la resurrección de los muertos, afirmaban que ya había ocurrido. Esta enseñanza fue particularmente dañina dentro de la iglesia cristiana. Esta herejía, aunque pueda sonar extraña en el presente, en esa época era una amenaza seria para la fe de los primeros cristianos. En esencia, negaba la futura esperanza de la resurrección de los creyentes, un pilar fundamental del evangelio de la cruz.
Al igual que en el pasado, existen muchas enseñanzas hereticar rondando por las iglesias cristianas, algunos creyentes inmaduros por desconocimiento de las Escrituras, abrazan estas falsas enseñanzas y la replican como si fueran verdaderas, causando de esta manera confusión en el cuerpo de Cristo. Para el creyente, conversar de algo que no está en la Biblia no tiene sentido, solo son conversaciones huecas y vacías que no edifican a nadie. Por eso ante cualquier conversación sin sentido, el creyente tiene que salir de ese lugar antes de que se quede atrapado en esas enseñanzas heréticas. Al abrazar las falsas enseñanzas no solo que se quedará con ellas, si no que tendrá el deseo de compartir con otros para apartarlos del camino de la fe y vida eterna en Cristo Jesús. El creyente que no quiera ser seducido por las enseñanzas heréticas de los falsos maestros no se debe quedar a escuchar sus mentiras, sino que tiene que salirse de esos lugares. Además, para no ser víctimas de estos charlatanes, debe profundizar su estudio de las Sagradas Escrituras. Con el conocimiento de la Biblia, el creyente tiene poder y autoridad dadas por Dios Padre, para frenar la predicación de los falsos maestro.
Queridos hermanos. No debemos enfrascarnos o perder nuestro tiempo en conversaciones vacías y sin sentido, por eso cuando surjan esta clase de conversaciones, es mejor retirarnos para no entrar en fuertes discusiones con nuestro prójimo. En caso de que en alguna conversación se quiera contradecir las Sagradas Escrituras, no podemos ser indiferentes, debemos estar prestos para defender el evangelio que nos dio salvación y vida eterna. Hermanos. Alejemos nuestro corazón de las discusiones que solo buscan conflicto y no la verdad. No nos dejemos arrastrar a debates sin fin en las redes sociales o en conversaciones con amigos o parientes que traten de desacreditar el evangelio, en su lugar, alejémonos de esos lugares antes de que nos envuelvan en sus tramas y mentiras heréticas. Además, debemos elegir sabiamente las conversaciones en las que participamos y asegurarnos de que nuestra lengua sea una herramienta para honrar a Dios y edificar a los demás.












































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