EL TIEMPO ES BREVE
EL TIEMPO ES BREVE
1 CORINTIOS 7:29 Pero déjenme decirles lo siguiente, amados hermanos: el tiempo que queda es muy breve. Así que, de ahora en adelante, los que estén casados no deberían concentrarse únicamente en su matrimonio. 30 Los que lloran o los que se alegran o los que compran cosas, no deberían ser absorbidos por sus lágrimas ni su alegría ni sus posesiones. 31 Los que usan las cosas del mundo no deberían apegarse a ellas. Pues este mundo, tal como lo conocemos, pronto desaparecerá. 35 Les digo esto para su propio beneficio, no para imponerles restricciones. Mi deseo es que hagan todo lo que les ayude a servir mejor al Señor, con la menor cantidad de distracciones posibles. NTV.
La vida de los hombres por este mundo es pasajera, ya que en algún momento cuando menos se lo espere, dejará de existir. Por eso, como el tiempo de vida en este mundo es demasiado corto en comparación con la eternidad fuera de este, el hombre debe aprovecharlo al máximo haciendo las cosas que le agraden a su Creador, ya que el hombre fue creado para servirlo, honrarlo y glorificarlo por toda la eternidad. Pese a que existe este mandato de Dios para los hombres, no todos lo obedecen, sino que la mayoría de los hombres están enfrascados en sus situaciones temporales de vida como su matrimonio, el trabajo, el estudio, el llanto, la alegría, la adquisición de bienes materiales, etc. En estas situaciones temporales de vida, también se enfrascan los hijos de Dios, razón por la cual no le dedican su tiempo al Señor.
Al apóstol Pablo por medio de una carta, le había llegado la información de que los miembros de la iglesia de Corinto, estaban enfrascados en las actividades de sus propias vidas antes que preocuparse de su relación con Dios y el servicio en el cuerpo de Cristo. Ante esta situación de los creyentes de Corinto, el apóstol les exhortó, para que no dediquen la mayor parte de su tiempo a estas situaciones temporales, ya que la vida sobre este mundo era demasiado corta. Bajo la perspectiva de algunos hombres, la vida en este mundo es larga, pero la realidad es que es corto si se compara con la eternidad. El tiempo de vida es limitado, por eso el hombre no debe subordinarse a las situaciones propias de su vida, más bien debe subordinarse a la voluntad de Dios y servirle con los dones y talentos que han recibido. El regreso de Jesucristo por los suyos está cada vez más cerca, por eso todos los que han alcanzado la redención deben preocuparse en servirle, honrarle y glorificarle en todo momento y en todo lugar.
Por su puesto, es importante que las personas casadas se preocupen de su relación con su conyugue, con sus hijos, se preocupen de buscar el sustento diario para su familia, de sus estudios, de estar triste por la muerte de un familiar, o de estar alegre por conseguir sus metas y objetivos, pero más que todas estas situaciones propias de la vida del creyente, su relación con Dios, y su servicio debe ser lo más importante. Ya que, si solo se enfrasca en sus situaciones propias de su vida, el creyente perderá la oportunidad de ser una herramienta útil en las manos del Señor para expandir el evangelio que da salvación y vida eterna a los hombres.
Nadie sabe cuánto tiempo de vida va tener en este mundo, pero el tiempo que el Señor le ha asignado, es demasiado corto, ya que los días pasan en un abrir y cerrar de ojos. Por eso como nadie sabe cuánto tiempo de vida le queda en este mundo, debe aprovechar al máximo cada día para honrar y glorificar al Señor y servirle con los dones y talentos que ha recibido. Todas las situaciones de vida del hombre son pasajeras, y se quedarán en este mundo al morir, pero la adoración a Dios y su servicio son eternas, estas permanecerán siempre aun cuando el hombre deje de existir en este mundo.
Queridos hermanos. Las cosas pasajeras de este mundo no pueden desplazar nuestra relación con Dios y el servicio. Somos partícipes de las experiencias de la vida, pero debemos guardar una cierta distancia de ellas, para que no sean nuestro todo, porque al llegar a serlo, robarán el tiempo que debemos dedicar a Dios. Nuestra relación y nuestro servicio es lo más importante, ya que esto nos garantizará nuestra vida en el reino de los cielos, y nuestra herencia futura. Hermanos. No debemos afanarnos tratando de acumular todo lo que podamos, pues todo esto se quedará aquí cuando partamos de este mundo. Al igual, el llanto y la alegría de este mundo, no nos servirán de mucho cuando el Señor determine que nuestro tiempo de vida física en este mundo expiró. Por nada del mundo debemos arriesgar nuestra herencia eterna por ganancias o placeres pasajeros. Dediquemos nuestro corto tiempo de vida para honrar, glorificar y servir a nuestro amado Señor.