RECTITUD Y JUSTICIA

RECTITUD Y JUSTICIA

El soborno se ha hecho una práctica común en y este mundo, razón por la cual, en la actualidad nadie se alarma al enterarse de que un líder importante, un empresario, o un miembro del gobierno ha pagado una fuerte cantidad de dinero para que los testigos de algún crimen o estafa, no rindan declaraciones en su contra, o si rinden declaraciones, que declaren falsedades. Este fue el caso de los soldados que custodiaban el cuerpo de Jesús en la tumba tras su crucifixión. Los guardias fueron sobornados para que declaren falsedades de lo que había ocurrido con el cuerpo de Jesucristo. Esta narrativa la encontramos en el primer evangelio de las Sagradas Escrituras: “Entonces los sacerdotes y los líderes del país decidieron pagarles mucho dinero a los soldados, para que no dijeran lo que en verdad había sucedido. Les dijeron: Vayan y digan a la gente que los discípulos de Jesús vinieron por la noche, cuando ustedes estaban dormidos, y que se robaron el cuerpo de Jesús.” Mateo 28:12-13 NTV.

Tan pronto como Cristo Jesús resucitó de entre los muertos al tercer día, tal como lo había anunciado antes de su crucifixión, los sacerdotes y los líderes de la nación hebrea tramaron un plan para dar una respuesta al milagro que se había suscitado. Y lo que se les ocurrió en ese instante, fue alegar que sus discípulos habían llegado por la noche y robado el cuerpo de su maestro para fingir que en realidad había resucitado. Una vez tramada la perfecta mentira, los líderes religiosos y los líderes de la ciudad, sobornaron con una fuerte cantidad de dinero a los guardias que habían estado custodiando el cuerpo de Cristo en el instante de su resurrección. Los guardias tenían que declarar esta falsedad a los líderes romanos, y a todo el pueblo judío en general.

Pese a que los líderes religiosos judíos trataron de frenar la veracidad de la resurrección de Jesucristo con un jugoso soborno, no lo lograron, porque la verdad del evangelio prevaleció, y este asombroso milagro ocurrido hace más de dos milenios se sigue predicando en todas las naciones del mundo. Un soborno posiblemente oculte la verdad en ese instante, pero no será para siempre, porque la verdad siempre prevalece y saldrá a la luz en el momento menos esperado. Por eso, por nada del mundo debemos sobornar para tratar de ocultar una verdad, o recibir un soborno para declarar una falsedad, porque tarde o temprano la verdad saldrá a la luz, cuando eso suceda, quedaremos al descubierto y seremos expuestos a la luz pública. Además, seremos disciplinados por nuestro Señor por no haber actuado en rectitud y justicia tal como Él lo demanda de todos los que le han recibido como su Señor y Salvador. Caminemos siempre en rectitud y justicia para que nadie tenga de que acusarnos en público y dañen nuestro buen testimonio entre los hombres.