EL BRILLO DEL SEÑOR

EL BRILLO DEL SEÑOR.

ISAÍAS 60:10 … Aunque te destruí en mi enojo, ahora tendré misericordia de ti por mi gracia. 18 La violencia desaparecerá de tu tierra; se terminarán la desolación y la destrucción de la guerra. La salvación te rodeará como las murallas de una ciudad y la alabanza estará en los labios de todos los que entren allí. 19 Ya no necesitarás que el sol brille durante el día, ni que la luna alumbre durante la noche, porque el SEÑOR tu Dios será tu luz perpetua, y tu Dios será tu gloria. 20 Tu sol nunca se pondrá; tu luna nunca descenderá. Pues el SEÑOR será tu luz perpetua. Tus días de duelo llegarán a su fin. 21 Todo tu pueblo será justo; poseerá para siempre su tierra… NTV.

Cuando los hijos se comportan mal, los padres pese a su profundo amor que les tienen, les disciplinan para tratar de corregirlos antes de que sea demasiado tarde y terminen de desviarse completamente por el camino de la perdición. Al igual que un padre terrenal, el eterno Creador ante la rebeldía constante del pueblo hebreo, lo castigó por esas rebeliones, permitiendo que los imperios dominantes de esas épocas los invadieran. Dios en su momento de ira, quitó la protección que había mantenido sobre el pueblo hebreo desde el momento que tomaron posesión de esos territorios para formar una gran nación. Sin la protección Divina, Israel se hizo presa fácil para las naciones enemigas. Babilonia sería uno de los imperios que se aprovecharía de esa situación. Con su poderoso ejército invadiría la nación hebrea, y la destruiría, llevaría cautivos a los sobrevivientes de esa masacre.

Como la ira de un padre terrenal contra sus hijos rebeldes no es para siempre, así también la ira y el enojo de Dios contra el pueblo hebreo no sería para siempre. Dios no permanecería enojado con su pueblo para siempre, tendría misericordia de ellos y esto lo hizo saber por medio del profeta Isaías. El Señor dijo a su pueblo; que por su gracia y su amor inagotable, tendría misericordia de ellos. Que apartaría la violencia que había afligido a la nación; y cesaría la desolación y la destrucción de la guerra que había descendido sobre ellos. Dios prometió a su pueblo que sus ofensas y sus pecados serían perdonados, que olvidaría por completo todas las maldades pasadas de Israel. y volvería a velar por su nación, además que cumpliría con las promesas hechas en el pasado.

Una vez que el pueblo pasara por la purificación a causa de sus rebeliones, la salvación llegaría para ellos. Dios bajo una profecía, les prometió que con su poder protector, protegería a la nación nuevamente como las murallas protegen a las ciudades. Además, bajo la protección divina, la alabanza estaría en los labios de todos los que habitasen nuevamente dentro de la ciudad reconstruida. En ese tiempo de salvación, el profeta anunció que la nación hebrea no necesitaría que el sol brillase durante el día, ni que la luna alumbrase durante la noche, porque el SEÑOR, el Dios de Israel sería su luz perpetua.

Cuando llegue ese día maravilloso para el pueblo elegido, el duelo que habían mantenido por muchos años ya no tendría cabida. Por fin, todo el pueblo sería justo; y poseería para siempre el territorio que Dios les había entregado a sus padres. Estas palabras del profeta no se cumplieron al cien por ciento en el pasado, porque fueron profetizadas para el futuro, para cuando el Señor finalmente regrese a gobernar a su pueblo desde el trono de David. Por su puesto, en el pasado Dios liberó a su pueblo del cautiverio y restableció la nación santa, pero el pueblo no se mantuvo en rectitud y justicia, más bien, nuevamente perseveró en la práctica del pecado.

Queridos hermanos. Estas palabras de profecía dadas por el profeta tendrán su cumplimiento total cuando Cristo regrese a gobernar este mundo. En ese día glorioso, la maldad y la violencia serán destruidas definitivamente, la violencia será desterrada por completo, no habrá cabida para ella. No habrá más dolor, no habrá más llanto, ni sufrimiento. La paz del Señor cubrirá toda la tierra, y todos vivirán en la completa armonía en el gobierno de su Creador. Hermanos, Mientras vivamos en este mundo, necesitaremos que el sol brille durante el día, y la luna alumbre durante la noche, pero llegará el día en el cual ya no se necesitará de estos astros creados por Dios, pues Cristo mismo será el resplandor de este mundo. Su brillor será más fuerte que los astros que hoy tenemos flotando en la bóveda celeste. Cristo será la luz resplandeciente en medio de su pueblo, su luz brillará eternamente. Él resplandecerá de día y de noche y su gloria será eterna.