UNA CONDUCTA QUE NO AVERGÜENZA.

UNA CONDUCTA QUE NO AVERGÜENZA.

Cada uno de los consejos que dan los padres a sus hijos, son valiosos e importantes para la formación adecuada de las personas, pero cuando los hijos están cruzando su etapa de niñez o adolescencia, no los valoran, pensando erróneamente que los consejos paternos son anticuados e irrelevantes. Casi siempre, las palabras de instrucción de los padres causan molestia en sus hijos. Los adolescentes y jóvenes que han menospreciado los consejos de sus padres, cuando llegan a la edad adulta se arrepienten al ver que sus vidas están al borde del colapso. Una vida arruinada, con frecuencia es causa de burla y desprecio por las personas del entorno. El salmista para no ser avergonzado por la sociedad humana, en su oración al Señor expresó las siguientes palabras: “Quiero corregir mi conducta y cumplir tus mandamientos. Si los cumplo, no tendré de qué avergonzarme.” Salmos 119:5-6 TLA.

Para no ser causa de burla, debemos llevar una vida recta, practicando los buenos valores éticos y morales aceptados por la sociedad humana y principalmente aceptados por nuestro Señor. Si en algún momento nos hemos desviado del camino trazado por nuestro Creador, al igual que el salmista, debemos anhelar el corregir nuestra conducta lo antes posible, para no ser avergonzados. ¿Y cómo corregimos nuestra conducta?. El salmista afirma que la corrección de la conducta humana, se da mediante el cumplimiento de los mandatos de Dios. La Biblia, que es la Palabra de Dios, contiene todas las instrucciones necesarias para que nosotros podamos llevar una conducta intachable ante los hombres y ante Dios. La Biblia es el manual de vida por excelencia que nos puede ayudar a llevar una vida en conformidad a la voluntad de Dios. Si nosotros obedecemos y cumplimos con todas las instrucciones que están descritas en las sagradas escrituras, jamás seremos avergonzados por los hombres.