RELIGIOSIDAD

RELIGIOSIDAD

JUAN 19:31 Era el día de preparación, y los líderes judíos no querían que los cuerpos permanecieran allí colgados el día siguiente, que era el día de descanso (y uno muy especial, porque era la Pascua). Entonces le pidieron a Pilato que mandara a quebrarles las piernas a los crucificados para apresurarles la muerte. Así podrían bajar los cuerpos. 32 Entonces los soldados fueron y les quebraron las piernas a los dos hombres crucificados con Jesús. 33 Pero, cuando llegaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto, así que no le quebraron las piernas. 34 Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y, de inmediato, salió sangre y agua. 36 Esas cosas sucedieron para que se cumplieran las Escrituras que dicen: Ni uno de sus huesos será quebrado 37 y Mirarán al que atravesaron. NTV.

La religiosidad ha sido una constante en la adoración a Dios por parte de los hombres, pues alrededor del mundo, millones de personas profesan la religión cristiana pero realmente no aman al único Dios verdadero, ya que han llegado a amar más sus costumbres y tradiciones religiosas sobre el Dios de su religión. Por esa religiosidad implantada en sus corazones, practican fielmente las ordenanzas y decretos de Dios de manera mecánica sin ninguna clase de amor y reverencia. Esta clase de observancia a las ordenanzas y decretos de Dios eran practicados por los líderes religiosos del pueblo hebreo en los tiempos de Jesús. Los religiosos judíos trataban de cumplir rigurosamente las ordenanzas y decretos dados por Dios por medio de Moisés a su pueblo, pero lo cumplían mecánicamente sin ninguna clase de amor y reverencia a Dios, por eso no mostraron ninguna clase de misericordia y compasión por Jesucristo.

Los líderes religiosos hasta el último mostraron que su devoción y adoración a Dios no era verdadera, sino mecánica. Esto fue evidente pues después de haber hecho todo lo posible para que Pilato ordenara crucificar a Jesucristo, querían seguir guardando las leyes que el Creador les había entregado como si nada hubiesen hecho en contra de un inocente. Por eso, cuando se acercaba las horas para el comienzo del día de reposo, querían asegurarse de que los cuerpos que colgaban en los maderos estuvieran muertos y bajados de los maderos antes del comienzo de este día de fiesta, pues la ley mosaica insistía que el cuerpo de todo aquel que sea ejecutado en el madero, no debía dejarse allí durante la noche, sino ser enterrado el mismo día de su ejecución (Deuteronomio 21:22-23).

Pese a que sus vidas ya estaban manchadas con la sangre de un inocente, los líderes religiosos del pueblo judío religiosamente querían seguir guardando esta ley mosaica, por eso pidieron a Pilato que ordene a sus soldados quebrar las piernas de los tres crucificados para acelerar la muerte. Cuando una persona cuelga de la cruz, la muerte viene por sofocación, pero la víctima podía elevarse presionando la cruz con sus pies y así continuar respirando. Con las piernas rotas, sin poder sostener el peso del cuerpo, los crucificados se asfixiaban rápidamente, porque el cuerpo pendía sólo de sus brazos clavados. Conforme al pedido de los líderes judíos, Pilato dio la orden. Los soldados primero les quebraron las piernas a los dos ladrones que estaban a cada lado de Jesús. Pero cuando llegaron a Jesús, vieron que ya no era necesario hacerlo, porque Él ya estaba muerto. Sin embargo, uno de los soldados, como para asegurarse doblemente o tal vez en una insensible muestra de crueldad, clavó su lanza en el costado de Jesús. Inmediatamente brotó sangre y agua. Al no quebrar los pies de Jesucristo y en su lugar clavarle una lanza en su costado, se cumplieron las profecías hechas en las escrituras acerca del deceso del Mesías prometido al pueblo hebreo.

Queridos hermanos. Todas las profecías acerca de la vida y muerte del Mesías, el unigénito Hijo de Dios, profetizados por los profetas del Antiguo Testamento se cumplieron tal cual, por eso no hay ninguna duda de que Jesucristo fue enviado a este mundo para rescatar al mundo de su condenación eterna. Pero pese a todas estas profecías cumplidas en Jesucristo, los líderes religiosos del pueblo judío no mostraron arrepentimiento de sus actos en contra de Jesús, sino que sin ninguna clase de remordimiento siguieron adelante con sus planes para exterminarlo definitivamente. Hermanos. Si no mostramos amor, compasión y misericordia por nuestro prójimo, la religión que profesamos es vana, y nos hace iguales a los líderes religiosos del pueblo judío en los tiempos de Jesus, pues ellos decían adorar a Dios, pero no mostraron ninguna clase de amor, compasión y misericordia por Aquel que colgaba en el madero. En su lugar, se aseguraron de que Jesucristo muriera y así seguir adelante practicando su religiosidad, hueca y vacía, sin temor ni reverencia a Dios.