LAS OPORTUNIDADES QUE DIOS DA

LAS OPORTUNIDADES QUE DIOS DA

LUCAS 13:6. Luego Jesús les contó la siguiente historia: Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado. 7 Finalmente le dijo al jardinero: “Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, sólo ocupa espacio en mi jardín”. 8 El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante. 9 Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla. NTV.

En este mundo, cuando una persona falla en cumplir sus asignaciones en el trabajo, o en cualquier otra área de su vida, es difícil que se le dé una nueva oportunidad, pues el incumplimiento mostrado en la primera oportunidad, genera algún grado de duda de que lo cumpla o no lo cumpla nuevamente. Por eso, para no estar en esas dudas, comúnmente deciden no darles nuevas oportunidades. En contraste a este mundo, Jesucristo no se cansa de dar oportunidades a la humanidad para que se arrepienta de sus pecados, y entreguen sus vidas a Él. Para ilustrar esta verdad acerca de las oportunidades que Él da a la humanidad, y específicamente al pueblo judío que estaba en su presencia, les narró la parábola de la higuera estéril.

Jesucristo, ya estaba a punto de cumplir sus tres años de ministerio entre sus compatriotas. En todo ese tiempo, Juan, Jesús, los doce apóstoles y los setenta les habían predicado el arrepentimiento. Dios mismo estaba en su presencia en la Persona de Jesús de Nazaret, enseñándoles y exhortándoles, pero la mayoría de ellos seguían con un corazón endurecido, razón por la cual no habían producido frutos en sus vidas. Los líderes religiosos, así como un gran número de judíos eran como una higuera estéril que pese a que se le había dado todos los cuidados posibles, no habían dado frutos en esos tres años. Ante esta esterilidad de sus compatriotas, Jesucristo les hizo saber que tal como el jardinero le iba dar un año para que dé fruto a la higuera estéril, también les iba a dar una oportunidad a sus compatriotas, pero que si al final del tiempo no daban los frutos esperados, serían cortados como se corta a una higuera estéril.

La parábola de la higuera estéril presenta la verdad de que Dios les da tiempo a las personas para que se arrepientan de sus pecados. Dios es muy paciente, y no quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento y alcancen la salvación y la vida eterna. Sin embargo, la demora en el juicio Divino no debe ser causa para que las personas inconversas pospongan también el arrepentimiento de sus pecados. Un día inesperado, llegará el tiempo en que el árbol que no dé fruto sea cortado. La oportunidad para el arrepentimiento llega a su fin y todos los que no hayan aprovechado las oportunidades que Dios les dio serán condenados a una eternidad de sufrimiento.

Las oportunidades que el Señor da, no es solo a las personas inconversas, sino también a las personas que ya le han aceptado como su Señor y Salvador. Esta oportunidad que les da, es para que cambien definitivamente de sus vidas pasadas y lleven una vida de santidad como Él lo demanda de todos sus seguidores. Además, estas oportunidades son para que tengan frutos mediante el servicio con los dones y talentos en Su cuerpo y a todos sus semejantes. Pero estas oportunidades no serán para siempre, pues llegará un día cuando la paciencia del Señor se agote, y en ese día, ya no habrá oportunidad para que los inconversos se arrepientan de sus pecados, o los creyentes de no haber sido buenos siervos. En ese día serán condenados a una eternidad de sufrimiento en el lago de fuego.

Queridos hermanos. Jesucristo por medio de esta parábola nos enseña que Dios por su inmenso amor y misericordia da oportunidades a las personas para que puedan arrepentirse de sus pecados y alcancen la salvación. Pero también deja bien claro que las oportunidades no serán para siempre, sino que un día terminará, y que en ese día Dios condenará a todos los que desaprovecharon las oportunidades que se les fueron dadas. Hermanos. Si no estamos llevando una vida de obediencia en conformidad a la voluntad de Dios, debemos saber que Él no nos ha enviado una terrible disciplina, porque nos está dando la oportunidad de que cambiemos y empecemos a llevar una vida como a Él le agrada. Si desaprovechamos oportunidad tras oportunidad, llegará el día, no en que Dios nos cierre la puerta, sino en que nosotros mismos nos la cerremos a fuerza por no haber aprovechado la oportunidad que Él nos dio para ser siervos diligentes.