SATISFACER LAS NECESIDADES DEL HOMBRE

SATISFACER LAS NECESIDADES DEL HOMBRE

MARCOS 2:23 Cierto día de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas de grano para comer. 24 Pero los fariseos le dijeron a Jesús: Mira, ¿por qué tus discípulos violan la ley al cosechar granos el día de descanso? 27 … Jesús les dijo: El día de descanso se hizo para satisfacer las necesidades de la gente, y no para que la gente satisfaga los requisitos del día de descanso. 28 Así que el Hijo del Hombre es Señor, ¡incluso del día de descanso! NTV.

Después de una larga jornada de trabajo, es evidente que las energías y las fuerzas del hombre disminuyen, ocasionando una sensación de hambre. Bajo esa sensación de vacío en el estómago, es común que los hombres busquen alguna clase de alimento para saciar el hambre, y así restaurar nuevamente la energía y la fuerza necesaria para seguir adelante con sus actividades cotidianas. En cierta ocasión, los discípulos de Jesucristo, luego de una larga jornada recorriendo por la región de Galilea compartiendo las buenas nuevas de salvación a los hombres, tuvieron hambre, razón por la cual, al pasar por un campo de trigo, empezaron a arrancar espigas y a comerse los granos de trigo, pues tenían tanta hambre. Este suceso había ocurrido en el día de descanso.

Los discípulos de Jesucristo al recoger granos de trigo al pasar por el campo, no lo estaban robando, pues bajo la ley mosaica, los agricultores judíos tenían que dejar sin segar las esquinas y los lados de los sembríos para que los viajeros y los pobres lo tomaran y comieran. Incluso, era totalmente permitido que los viajeros puedan recoger algo de grano antes de que los campos fuesen segados por los dueños, pero siempre y cuando no usaran una hoz. Razón por la cual, los discípulos de Jesucristo al caminar junto al sembrío y comer algunos granos, no violaban para nada la propiedad privada, pues estaban totalmente amparados bajo la ley judía. Pese a que la actividad de los discípulos era totalmente lícito, había un pequeño inconveniente, ellos estaban espigando en el día de descanso, lo cual no era permitido por la ley mosaica. Espigar era considerado como un trabajo, y en el día de descanso era totalmente prohibido realizar alguna clase de trabajo, razón por la cual cuando los fariseos vieron a los discípulos que estaban espigando, consideraron que ellos estaban trabajando en pleno día de descanso, quebrantando de esa manera las leyes de Moisés.

Los fariseos al presenciar esto, pensaron que por fin tenían razones válidas para acusar a Jesús y a todos sus discípulos ante el sanedrín. Con esta seguridad le dijeron a Jesús: Mira, ¿por qué tus discípulos violan la ley al cosechar granos en el día de descanso?. Pero el Señor no se dejó sorprender por la acusación de ellos, pues sus discípulos no estaban arrancando las espigas de trigo por lucro, sino porque buscaban algo de comer para saciar el hambre que tenían. Los fariseos interpretaron tan obcecadamente la Ley, que pasaron por alto su verdadera intención. Jesús ante las acusaciones perversas de los fariseos, les dio una contundente lección teológica aclarándoles el punto en cuestión: El Señor les dijo: El día de descanso no fue creado como un medio para ganar la gracia divina, sino que fue un regalo de Dios para que el hombre pueda satisfacer sus necesidades; un día de descanso en que él vendría de modo especial con su palabra y un día de adoración. Además, el Señor les dijo: que “El Hijo del Hombre es también Señor del sábado”. Sí, él era señor incluso de este día de reposo, parte mucho más importante de los diez Mandamientos de Dios. En palabras más concretas, el Señor dijo a sus retractores que lo que les había permitido a sus discípulos hacer en el día de descanso contaba con la total aprobación del Padre. El Señor del sábado no permitiría que sus discípulos violaran este día, pero tampoco les dejaría que sufran de hambre.

Queridos hermanos. Los líderes religiosos judíos estaban tan enredados en sus leyes que habían perdido de vista lo que era bueno y correcto, por eso habían hecho del hombre un esclavo del sábado y los ritos religiosos, pues para ellos el cumplimiento de las leyes era lo más importante, que satisfacer las necesidades del hombre. Pero Dios no está de acuerdo con la forma de pensar de los fariseos, pues para Él, las necesidades humanas son mucho más importantes que el cumplimiento de los ritos religiosos, y esto les dio a saber Jesucristo. Hermanos. La verdadera relación con Dios no consiste en reglas y ritos especiales, sino en creer en el Hijo del hombre, el dueño del día de reposo, que lo ha cumplido todo por nosotros, razón por la cual no debemos enfrascarnos en el cumplimiento de los ritos religiosos sobre las necesidades físicas y espirituales que puedan tener nuestros hermanos de la fe.