PROPÓSITO DIVINO
PROPÓSITO DIVINO
HAGEO 1:3 Entonces el SEÑOR envió el siguiente mensaje por medio del profeta Hageo: 4 ¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?. 5 Esto es lo que dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: ¡Miren lo que les está pasando! 6 Han sembrado mucho pero cosechado poco; comen pero no quedan satisfechos; beben pero aún tienen sed; se abrigan pero todavía tienen frío. Sus salarios desaparecen, ¡como si los echaran en bolsillos llenos de agujeros!». 10 Es por causa de ustedes que los cielos retienen el rocío y la tierra no produce cosechas. 8 Vayan ahora a los montes, traigan madera y reconstruyan mi casa. Entonces me complaceré en ella y me sentiré honrado, dice el SEÑOR. NTV.
Cuando las cosas no andan muy bien en la vida de las personas, frecuentemente llegan a preguntarse a que se deberá todo esto. Estas preguntas por lo general se hacen sin analizar el estilo de vida que han estado llevando hasta ese entonces. Si las personas analizaran sus vidas, tendrían la respuesta a sus preguntas en cuanto a las situaciones por las cuales están atravesando. Estas preguntas son más frecuentes entre los cristianos, ya que algunos de ellos piensan que con el solo hecho de haber aceptado a Cristo Jesús, tienen sus vidas arregladas y no les va a sobrevenir algún mal. Por su puesto que, al aceptar a Cristo como su Señor y Salvador, el creyente puede disfrutar de su cuidado, protección y bendición, pero si no anda conforme a su voluntad, no puede disfrutar de todas estas dádivas de Dios, por lo contrario, seguramente tendrá que afrontar alguna disciplina por su desobediencia a Su bendita Palabra.
El remanente judío tras su retorno del cautiverio a la tierra que Dios les había entregado como posesión perpetua, se habían olvidado del propósito por el cual regresaron a sus tierras, y habían empezado a vivir para satisfacer cada una de sus necesidades materiales. Con este nuevo propósito, ellos empezaron a construir casas lujosas para ellos, y empezaron a comercializar los productos de la tierra para incrementar sus posesiones. Pero pese al arduo trabajo, no llegaron a prosperar como lo habían imaginado, y esto se debió a que Dios había retenido sus bendiciones sobre el remanente por incumplir a los propósitos que Él les había entregado.
El eterno Creador había encomendado al remanente judío que reconstruyeran el templo de Jerusalén, pero ellos al estar en sus tierras, abandonaron este propósito Divino, razón por la cual Dios levantó al profeta Hageo para que llevara su mensaje a todo el pueblo. Hageo dirigió su profecía cuando el rey Darío de Persia estuvo en su segundo año de gobierno. Pero los judíos habían regresado muchos años antes a sus tierras durante el gobierno de Ciro, rey de Persia. Ciro les dio licencia a los judíos para que puedan retornar a Jerusalén y reconstruir su templo. El pueblo regresó a Jerusalén con el anhelo de reconstruir el templo, pero no habían logrado terminar con la labor encomendada debido a algunos factores externos, y esto les sirvió de excusa para no continuar con la edificación del templo, en su lugar construyeron casas lujosas para ellos.
En su mensaje por medio del profeta Hageo, Dios amonestó fuertemente a su pueblo por no seguir adelante con la reconstrucción de su casa terrenal, y en su lugar, construir casas lujosas para habitar ellos. También el eterno Creador les dio a conocer que esta era la causa principal por las cuales ellos no prosperaban pese a su arduo trabajo. Por eso les ordenó que fuesen lo más pronto posible a los montes a traer madera para que continuaran con la reconstrucción de su casa de adoración. Entonces así, Él se complacería en su casa y se sentiría que su pueblo le honra con todo su corazón.
Queridos hermanos. Las adversidades por las cuales estemos atravesando en estos momentos, puede deberse a que nosotros nos hemos apartado o desviado de los propósitos de Dios para nuestra vida. Y posiblemente las adversidades son una forma como Dios nos está llamando la atención para que volvamos a su voluntad, y al cumplimiento de los propósitos que nos ha encomendado. Hermanos. Analicemos nuestras vidas, y si nos hemos apartado o desviado de la voluntad de Dios, volvamos a ellos antes de que Dios nos envié una disciplina severa, o retenga cada una de sus dádivas para nuestra vida. Nuestro amado Señor se complace y se siente honrado, cuando todos nosotros vivimos bajo su voluntad, cumpliendo fielmente con los propósitos que nos ha delegado.
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