MANOS A LA OBRA

MANOS A LA OBRA

Al no ver los frutos de nuestra labor ministerial, en ocasiones nos desalentamos y deseamos tirar la toalla, y abandonar definitivamente el ministerio que el Señor nos delegó. En la vida ministerial, no seremos los primeros ni los últimos en desalentarnos, todos los siervos de Cristo en algún momento seremos presa del desaliento, al no ver los frutos de nuestros esfuerzos. En esos momentos, sentiremos que todo nuestro trabajo ha sido en vano, una verdadera pérdida de tiempo. Cuando servimos a Dios, nunca nuestros esfuerzos serán en vano, pese a que no veamos los frutos, pues los frutos o resultados no dependen de nuestros esfuerzos, sino depende solo de Dios. Él es el que tiene el control para que prospere o no nuestro ministerio, y así mismo también tiene los tiempos en que veremos los frutos. Por eso si servimos a Dios conforme a su voluntad, no debemos desalentarnos al no ver los frutos, debemos ponernos manos a la obra y seguir adelante en el ministerio que Dios nos delegó. Hageo 2:4.