VICTORIOSOS EN CRISTO

VICTORIOSOS EN CRISTO

Cuando el ejército de una nación regresa triunfante tras haber obtenido la victoria sobres sus enemigos, los habitantes de la nación realizan preparativos para recibir con honores a sus flamantes héroes. Para esta distinción heroica, por lo general se realiza un desfile triunfal, el cual es encabezado por el comandante, o el general que lideró al ejército hacia la victoria. Detrás de él vienen sus tropas jubilosas, y tras ellas los prisioneros de guerra. Posiblemente en la actualidad o en los años venideros, muchas personas no tendrán el privilegio de ser condecorados y recibidos como héroes nacionales, ya que los tiempos están cambiando, y los conflictos entre las naciones, ya no son tan frecuentes como lo eran en otras épocas. Posiblemente en nuestra vida física, nunca participemos de un desfile victorioso celebrado en nuestro honor, pero sí lo haremos en nuestra vida espiritual. Este hecho importante nos da a conocer el apóstol Pablo en una de sus cartas a los corintios: “Gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo y que por medio de nosotros da a conocer su mensaje, el cual se esparce por todas partes como un aroma agradable.” 2 Corintios 2:14 DHH.

Jesucristo con su muerte en la cruz, venció a las cadenas de la esclavitud y la muerte, ahora vive y gobierna el mundo desde el trono de su Padre Celestial. Gracias a esta victoria, todas las personas que entregan su vida a Él, también son victoriosos porque las cadenas de la esclavitud fueron rotas y la muerte ya no tiene potestad sobre sus vidas. Como si esto no fuera poco, los que entregan sus vidas a Cristo, también disfrutarán de su gloria cuando partan de este mundo al reino de los cielos. Mientras ese día glorioso llegue, Cristo Jesús utiliza a todos sus seguidores para que transmitan su evangelio a todas las personas, ya que Él desea que toda la humanidad comparta su victoria sobre el poder de la muerte.

Tengamos siempre presente que una vez que entregamos nuestras vidas a Cristo, pasamos a ser militantes de su ejército, pero nuestra militancia, no es para tomar las armas y batallar en contra de los ejércitos de las otras naciones del mundo. Nuestra militancia en el ejército de Cristo es para compartir Su evangelio de la salvación y la vida eterna a todas las naciones del mundo. Si nosotros ya difundimos la victoria de Jesucristo, tenemos el deber de compartir su mensaje de salvación y vida eterna a todas las personas que se encuentran cautivas por el poder de la muerte, para que ellas puedan alcanzar la libertad y puedan compartir de la victoria de nuestro Señor. El evangelio de la salvación y la vida eterna, debe esparcirse por todos los rincones del mundo como un aroma agradable, para que anule definitivamente el aroma de la muerte.